Al conmemorarse los 199 años de independencia de Panamá de España y el aniversario CXXXIII del BCBP, institución creada antes del nacimiento de la nueva república en 1903, presentamos trazos de sus aportes.
Primera entrega. Disciplina, honor y abnegación, son los postulados que distinguen al Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá. Desde su creación, el 28 de noviembre de 1887, una brigada magnánima de hombres y mujeres al servicio de la comunidad han llevado en alto la visión de ser reconocida como la mejor institución de seguridad pública en todo el país.
Su historia se remonta a más de 30 años antes de la separación de Panamá de Colombia, el 3 de noviembre de 1903. El investigador y miembro activo del Cuerpo de Bomberos, Roger Serrano, al hacer una relación entre la institución y la gesta separatista, señaló que, “pudiera decirse que inicia en 1887 con un proyecto para salvar a la ciudad capital de un enemigo que acechaba permanentemente”.
“Por iniciativa del prefecto Tomás Herrera, y contando con la aprobación del gobernador del Departamento de Panamá, Juan Vicente Aycardi, se creó la Junta Orgánica del Servicio de Bombas Contra Incendios, con Domingo Díaz y Manuel Espinosa Batista como parte de ella”, agregó Serrano.
En sus investigaciones, nuestra fuente resaltó que, con la creación del Cuerpo de Bomberos de Panamá, como resultado de la gestión de la Junta Orgánica, nació el Consejo Supremo, integrado por el comandante en jefe, el jefe de las compañías y brigadas, un tesorero -José Gabriel Duque Amaro- y seis propietarios electos cada año. En esa ocasión fueron escogidos el banquero Henry Ehrman, el banquero Gabriel De Obarrio, Federico Boyd, Ramón Icaza y Manuel Amador Guerrero.
Los esfuerzos llevados a cabo por ilustres panameños por constituir una organización bomberil en el país, fueron constantes. Datos históricos revelan que en 1870 se dieron los primeros intentos por materializar esta idea, cuando se constituyó la primera brigada voluntaria de extinción de incendios, tras las constantes conflagraciones de la época. El primer fuego registrado en el istmo, ocurrió en el periodo colonial, en el año 1539, y otros, de gran magnitud, en 1575 y 1644.
Otra quema anotada en la historia de Panamá, fue la acontecida el 28 de enero de 1671, cuando el gobernador de la época -acorralado ante los ataques del pirata Henry Morgan- decidió prender los polvorines para evitar la entrega de la ciudad en condiciones favorables al invasor inglés.
Pero estos no fueron los únicos incendios que amenazaban la urbe. Continuamente se suscitaron pequeños conatos que mantenían en vilo a la población. Uno de estos fue el denominado “Fuego Grande”, que acabó con las tres cuartas partes de la ciudad, el 2 de febrero de 1737. Posteriormente, en 1756, nuevamente la localidad fue presa de las llamas y, los vestigios del Arco Chato, son prueba fehaciente de ello.
A inicios de 1870, ante los frecuentes desastres de esta naturaleza, un grupo de jóvenes emprendedores organizó la Compañía de Bomberos Panamá No.1. Su iniciativa le llevó a utilizar bombas arrastradas por caballos y su eficacia quedó demostrada en el incendio ocurrido en el hotel Aspinwall.
Como era de esperarse, la desintegración de la compañía fue tajante, aunque esto no hizo desistir la idea de formar un cuerpo bomberil, pues los intentos continuaron hasta ver reflejada esa muestra de perseverancia.
Es así que, cuando se produce el fuego en la calle del Agua -hoy calle 14 oeste- en diciembre de 1886 y al año siguiente, en la calle del Platanal -hoy calle 15 oeste, Tomás Herrera, prefecto de la provincia de Panamá, designó a Ricardo Arango y a Rodolfo Halstead, para la organización urgente del Cuerpo de Voluntarios, quienes iniciaron las gestiones de planificación y estructura de la nueva organización. Se logró la adquisición, en Londres, de dos bombas de extinción, bautizadas como Internacional 1 y China 2.
El 18 de noviembre de 1887 se redactó el Acta de Fundación del Cuerpo de Bomberos de Panamá, que estableció como su fecha de creación, el 28 de noviembre del mismo año, para que coincidiese con las celebraciones patrias. Se designó como su primer jefe a Ricardo Arango.
No obstante, tras un incendio en el hotel Roma, el 3 de junio de 1888, el Cuerpo de Bomberos se disolvió, entre otras razones, por la falta de recursos apropiados, una situación latente hasta este pleno siglo XXI.
Ese interés por mantener vivo el cuerpo de Bomberos de Panamá, llevó a Juan Antonio Guizado, secundado por Pedro Bergerie y Florencio Arosemena, a promover colectas para comprar nuevos equipos y uniformes, dando como resultado la reestructuración de la Estación Panamá No.1. La dirección recayó en manos de Florencio Arosemena.
Dos años más tarde, el 14 de agosto de 1891, se logró la fundación de la prestigiosa Banda de Música: “Panamá Número Uno”, por iniciativa de Juan Antonio Guizado, reconocida hoy por hoy, como una de las mejores, de los estamentos de seguridad. El 15 de septiembre de 1898, se publicó el primer órgano informativo: “El Bombero”, bajo la dirección del teniente Darío Vallarino.