La prefectura mencionó una “interrupción del sonido” y el desmonte de al menos una torre de sonido, durante la noche del viernes al sábado, que emitía tecno desde la noche del jueves en dos hangares transformados en una discoteca en Lieuron.
La enorme fiesta ilegal que en plena pandemia se inició en la noche del jueves en el oeste de Francia para celebrar el Año Nuevo fue interrumpida el sábado en la madrugada, y los juerguistas, muchos de ellos multados, abandonaron el lugar, informaron las autoridades locales.
“No hubo intervención de la policía”, subrayó la prefectura del departamento de Ille-et-Vilaine (oeste de Francia), y precisó que los gendarmes que controlan los ejes de acceso al lugar de la megafiesta, a la que asistieron alrededor de 2.500 personas, realizaron simultáneamente operaciones de control y de imposición de multas.
La prefectura mencionó una “interrupción del sonido” y el desmonte de al menos una torre de sonido, durante la noche del viernes al sábado, que emitía tecno desde la noche del jueves en dos hangares transformados en una discoteca en Lieuron, al sur de la ciudad de Rennes (oeste). Y ello a pesar de que Francia había decretado una “Nochevieja del 31 de diciembre” bajo toque de queda por la amenaza de un rebrote de covid-19 en el país.
“Las fuerzas de seguridad interna, numerosas esta noche a petición mía, y los controles intensivos puestos en marcha condujeron al cese de la fiesta ilegal en Lieuron, sin violencia. Continuamos los controles, y cada participante es multado al salir del lugar” tuiteó Gerald Darmanin, ministro del Interior francés.
Se aplicaron más de 1.200 multas y se secuestraron un “camión, material de sonido y generadores”, indicó más tarde Darmanin.
Las multas se aplicaron por “incumplimiento del toque de queda, el no uso de la máscara y la participación ilegal en una manifestación”, según la prefectura.
– Refuerzos de gendarmería –
Los participantes empezaron a salir del lugar a las 05H30 local (04H30 GMT), de acuerdo con la misma fuente. A las 10H15 (9H15 GMT) del 2 de enero, el sitio quedó “bajo el control de la policía”.
El sábado por la mañana, aproximadamente la mitad del estacionamiento donde los juerguistas habían dejado sus vehículos estaba ya vacío, constató un fotógrafo de la AFP.
Más tarde, la prefectura, Protección Civil y Techno+, una asociación que interviene para la prevención de riesgos durante este tipo de eventos, estimaron en “unos cientos” el número de juerguistas que aún estaban en el lugar el sábado por la mañana, a pesar de que no se dispone de cifras consolidadas.
Los refuerzos de la gendarmería continuaron llegando al lugar el sábado por la mañana, señaló un fotógrafo de la AFP, para reforzar gradualmente y con calma el dispositivo de seguridad alrededor del lugar de la fiesta.
Gérald Darmanin había convocado el viernes por la noche en París una reunión sobre esta fiesta con el prefecto y los miembros del gabinete. “Trabajé con ellos anoche para restaurar una situación normal sin alterar la máxima integridad física de todos”, escribió en su cuenta de Twitter.
El jueves por la noche, los gendarmes habían intentado en vano “evitar esa reunión y se enfrentaron a la violenta hostilidad de muchos de los juerguistas”, explicó el viernes la prefectura de Ille-et-Vilaine.
Durante estos enfrentamientos “un vehículo de la gendarmería fue incendiado, otros tres degradados y se lanzaron botellas y piedras contra los agentes, que les causaron heridas leves”, indicó la prefectura.
Incapaces de evitar la celebración de esta megafiesta, la prefectura desplegó a los gendarmes por el lugar y equipos de rescate llegaron al lugar para distribuir gel y máscaras.
El número de contaminaciones en Francia volvió a rondar los 20.000 en 24 horas el viernes, según la entidad de sanidad pública nacional, que informó de 133 nuevas muertes, lo que eleva el total a casi 64.800 víctimas mortales.