“Un diálogo parte, primero que todo, de saber escuchar, no sentarse en una mesa para imponer uno su propio punto de vista, sino, primero que todo, escuchar el de quien piensa distinto”, Enrique de Obarrio.
La Ley Orgánica que, en 1941, creó la Caja de Seguro Social (CSS), ha sido modificada varias veces a partir de su vigencia. En este 2021 urge reformarla nuevamente, dada la difícil problemática en que se encuentra la entidad, que impacta de forma directa a los asegurados y al propio país.
Es imperante un Diálogo Nacional, en el que participen todos los sectores para aportar alternativas en la búsqueda de la solución a la situación que desde hace años hace eco y se torna más grave. Sus efectos tendrán grandes repercusiones en toda la sociedad, principalmente en lo concerniente a las reservas del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Precisamente, hoy 18 de enero, de acuerdo a lo expresado por el presidente Laurentino Cortizo Cohen durante su rendición de cuentas en la Asamblea Nacional, el pasado 2 de enero, se iniciará el proceso para atender los asuntos de la Caja de Seguro Social.
En vista de la relevancia de la temática de la CSS, decidimos conocer el punto de vista del expresidente de la APEDE, Enrique Arturo de Obarrio, tomando en cuenta la experiencia que tuvo en el 2004 y 2005, cuando esta organización, con mucho liderazgo, participó activamente en el trabajo que se hizo en relación a las modificaciones de la norma que rige la institución de seguridad social.
“Un diálogo parte, primero que todo, de saber escuchar, no sentarse en una mesa para imponer uno su propio punto de vista, sino, primero que todo, escuchar el de quien piensa distinto. Luego, en base a la argumentación constructiva, propositiva, sin descalificar, ir poco a poco encontrando esas soluciones a los problemas más apremiantes”, expresó el Sr. De Obarrio.
Seguidamente nos dijo que, “recuerdo que era bajo el Gobierno del presidente Martín Torrijos Espino. La APEDE tuvo mucha incidencia, pues, prácticamente fuimos los que abanderamos el diálogo. Una de las cosas gracias a las cuales se dio el éxito, porque puede decirse que resultó un éxito el ejercicio que tuvimos en aquella época, fue que nosotros apostamos al diálogo como la mejor herramienta o mecanismo que ofrece el perfectible sistema democrático para, entre todos, buscar o encontrar solución, en este caso, al problema seriesísimo que enfrentaba la Caja de Seguro Social. Nosotros, en ese sentido, abogamos por el diálogo e insistimos muchísimo con el presidente Torrijos, sobre la importancia de ello”.
Siguió diciendo que “ese fue un liderazgo que supo asumir la APEDE en todo el sector privado. El presidente Torrijos estableció una mesa de diálogo, pero estaba bastante desbalanceada, ya que había algunos sectores que tenían más puestos que otros. El sector privado, que estaba representado a través del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CoNEP), y representa más del 70/80 por ciento del Producto Interno Bruto, tenía una voz y un voto”.
De Obarrio rememoró que “a iniciativa de la APEDE, se adquirió una súper computadora, que en esa época salió carísima, pero se obtuvieron los fondos de distintas fuentes para conseguir el equipo y hacer todas las corridas actuariales. Allí imperó la sensatez, o sea, no era tanto la opinión de uno u otro, que estaba muchas veces prejuiciada o preñada de temas ideológicos, sino que eran los resultados de corridas actuariales que nadie podía contravenir. Creo que eso fue fundamental”.
“También, -añadió- la incorporación al equipo de trabajo de personas muy expertas en el tema. Recuerdo, por ejemplo, que allí estaba Dino Mon, que es uno de los mejores actuarios que ha tenido este país, César Tribaldos y Roberto Brenes, entre otros. Ellos analizaban los resultados de las corridas actuariales que se hacían a través de esa computadora”.
Recordó que otro de los factores delo logro conseguido, fueron las reuniones. “En estas se daban mesas paralelas o grupos que iban al cuarto de al lado cuando se requería tratar posturas distintas, limar asperezas o buscar reacciones que fuesen aceptadas por la mayoría. Y ese factor lo recalco, no solamente porque fue un factor de éxito, sino también en función del momento en que estábamos viviendo”, precisó.
En este sentido trajo a colación que ahora en pandemia las sesiones se dan virtuales, no obstante, considera importante que “traten, observando, por supuesto, todas las medidas de bioseguridad, mascarillas, pantalla facial, distanciamiento, que el diálogo sea presencial. Creo que un diálogo exitoso como el que se llevó a cabo en el 2004-2005, no va a poder realizarse con el mismo éxito de forma virtual. Se requiere la presencia de las personas, mirarse a las caras, y tener estas conversaciones en paralelo o en los recesos en los cuartos de al lado”.
De Obarrio acentuó que en aquella ocasión, entre todos, lograron el cometido, por ello consideró oportuno “darle el mérito, nuevamente, a todos los que participaron, con la mano en el corazón, en una forma constructiva y propositiva. Con base en la información que arrojaban los resultados actuariales de ess máquina, se obtuvo el éxito”.
El expresidente de la APEDE manifestó que lo dicho se debe a que “nuevamente nos encontramos en un problema seriesísimo: ¿Por qué nos encontramos en un problema seriesísimo? Porque si bien se logró el éxito en aquella ocasión, los gobiernos subsiguientes no le dieron el seguimiento debido”.
Remarcó que “es importante que, como resultado de este proceso de diálogo, salga también un mecanismo independiente, si se quiere, de verificación, de seguimiento, de monitoreo, para ir vigilando el cumplimiento y evaluarlo, o sea, cómo se está comportando el tema en función de las soluciones que se ajusten en el tiempo, precisamente, para hacer los ajustes que se requieran al cabo de los años y no encontrarnos, nuevamente, como nos encontramos ahora, en este atolladero. Porque se dieron resultados, como digo, muy exitosos hace 16 años y eso se deterioró por falta de seguimiento”.