Como parte de su proceso de resocialización, 35 privados de libertad del centro penitenciario de Chiriquí, confeccionan trabajos en madera.
Diseños que van desde aves, camas y artículos para el hogar, tallados en madera, forman parte de las creaciones de los privados de libertad en el centro penitenciario de Chiriquí, como parte de su proceso de resocialización.
En total son 35 privados de libertad que a diario trabajan en el taller de ebanistería, para realizar estas obras que, luego se exhiben en las ferias de San José de David, Boquete y otros escenarios provinciales.
Yaribeth Miranda, directora del penal, señaló que esta actividad, más que conmutar pena, permite a los privados de libertad aprender un oficio, perfeccionar sus conocimientos, con el objetivo principal que, al salir en libertad, se reinserten con oportunidades a la sociedad.
Este tipo de iniciativas están encaminadas a robustecer los programas de resocialización, reactivar los existentes y encontrar otros espacios para nuevos proyectos.