Lai Xiaomin también fue condenado por bigamia al haber “vivido durante mucho tiempo con otras mujeres” fuera de su matrimonio, con las que tuvo hijos ilegítimos.
Las autoridades chinas ejecutaron este viernes a un exbanquero acusado de corrupción y de bigamia, informó la televisión estatal CCTV.
Lai Xiaomin, el expresidente de Huarong –una de las compañías de gestión de fondos controlada por el Estado más grande de China–, fue ejecutado por decisión de un tribunal de la ciudad de Tianjin (norte), según CCTV.
Las autoridades no dieron informaciones sobre el método usado para ejecutar al exbanquero. Lai Xiaomin fue condenado a principios de enero por haber aceptado sobornos por un valor de 260 millones de dólares y por una malversación en fondos públicos.
Las cifras son “muy importantes y las circunstancias particularmente graves y hubo claramente una intención de delinquir”, dijo en su veredicto el tribunal de Tianjin (norte) que le condenó.
Lai Xiaomin también fue condenado por bigamia al haber “vivido durante mucho tiempo con otras mujeres” fuera de su matrimonio, con las que tuvo hijos ilegítimos.
En enero de 2020, Lai hizo una confesión transmitida por la televisión pública CCTV, donde se veían imágenes de un apartamento en Pekín supuestamente de su propiedad, con cajas fuertes y armarios llenos de fajos de dinero.
Lai Xiaomin, que había trabajado en el Banco central y para la agencia de supervisión bancaria, dijo que no había “gastado ni un solo céntimo”. “No me atreví a gastar” el dinero, aseguró.
Las fotos también mostraban coches de lujo y lingotes de oro que el acusado supuestamente había aceptado como soborno.
China Huarong Asset Management es uno de los mayores gestores en China de créditos dudosos, es decir, con una alta probabilidad de impago. Se trata de una de las cuatro empresas creadas por el gobierno en 1999 para sanear el sector bancario.
China lanzó una importante campaña anticorrupción en 2012, después de que el presidente Xi Jinping se convirtiera en jefe del Partido Comunista de China (PCC).
Desde entonces, se han sancionado a más de un millón y medio de dirigentes del PCC.
La lucha contra la corrupción, muy común entre la población, se sospecha que también sirve para eliminar a las personalidades que se oponen a la línea del presidente.
China guarda un secreto sepulcral sobre las ejecuciones de los condenados a muerte.
La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional estima que varios miles de prisioneros son ejecutados cada año.