El debate llega en un momento en que las arcas de muchos estados, incluido Nueva York, están afectadas porque sus ingresos fiscales se han visto reducidos debido a las quiebras y cierres de empresas por la pandemia.
El operador de la plataforma bursátil NYSE, cuyo famoso piso al sur de Manhattan es un símbolo de Wall Street, amenaza con abandonar Nueva York si el estado reintroduce un impuesto a las transacciones financieras que fue eliminado hace varios años.
“Si los legisladores optan por restaurar este impuesto, la NYSE (Bolsa de Valores de Nueva York), tendrá que seguir el ejemplo de las empresas que se trasladan” fuera del estado, escribió Stacey Cunningham, presidenta del grupo en una columna publicada el martes en el sitio del Wall Street Journal.
La pandemia de covid-19 ha vaciado a Nueva York de sus operadores financieros, que han estado trabajando de forma remota durante varios meses.
Muchas empresas, como Goldman Sachs, han trasladado a sus empleados a otros estados donde han reforzado sus oficinas existentes o han abierto nuevas sedes.
Según Cunningham, al neutralizar en 1981 el impuesto sobre las transacciones financieras, incluida la compra de acciones, las autoridades del Estado de Nueva York habían tomado la decisión “correcta”.
Restaurarlo sería errado, especialmente porque las casas de bolsa y otras firmas financieras transferirán este costo adicional.
La dirigente también argumentó que países que han adoptado tal impuesto, como Francia en 2012 y Suecia en 1984, han visto parte de los volúmenes de comercio transferidos a otras bolsas de valores, como Londres.
Además, señaló, los beneficios esperados, como los ingresos fiscales adicionales, no se concretarán. “El Estado corre el riesgo de recaudar mucho menos porque las empresas podrían evitar pagar este impuesto utilizando nuevas tecnologías o reubicando parte de su intermediación y otras actividades fuera de Nueva York”, advirtió.
La semana pasada, casi 30 firmas financieras con sede en Nueva York le escribieron al gobernador Andrew Cuomo en protesta por un proyecto de ley sobre impuestos a las transacciones financieras impulsado, indican, por algunos demócratas electos y sindicatos, según la prensa estadounidense.
El debate llega en un momento en que las arcas de muchos estados, incluido Nueva York, están afectadas porque sus ingresos fiscales se han visto reducidos debido a las quiebras y cierres de empresas por la pandemia.