El papa emprende el viaje número 33 de su pontificado para llevar un mensaje de paz y reconciliación, que contribuya a curar heridas, tal como lo hizo en Colombia en 2017 tras la firma de la paz.
La víspera de su histórico viaje a Irak, el papa Francisco envió un sentido mensaje a los iraquíes en el que aboga por la reconciliación en esa tierra, cuna de las religiones, azotada por años de violencia y guerras.
“Voy como peregrino (…) a implorar al Señor perdón y reconciliación tras años de guerra y terrorismo (…) y voy entre ustedes como un peregrino de la paz”, dijo el pontífice la víspera de su viaje de cuatro días (del 5 al 8 de marzo).
Francisco emprende el viernes una visita histórica, bajo enormes medidas de seguridad, a un país confinado por la pandemia y azotado por años de violencia.
“Anhelo conocerlos, ver sus caras, visitar su tierra, antigua y extraordinaria, cuna de la civilización”, reconoció el pontífice argentino, quien quiso cumplir el sueño que el papa Juan Pablo II jamás llegó a realizar.
“Voy como un peregrino de la paz en busca de la fraternidad, animado por el deseo de rezar juntos y caminar juntos también con hermanos y hermanas de otras religiones”, recalcó al referirse a un país eminentemente musulmán donde los pocos cristianos que han logrado permanecer han sufrido amenazas y agresiones.
En su mensaje, Francisco se dirige a musulmanes, judíos y cristianos, “una sola familia”, dice, y los anima a “seguir adelante”, a no rendirse, a reconstruir y curar heridas.
“A vosotros, cristianos, musulmanes; a vosotros, pueblos, como los yazidíes, que han sufrido tanto; a todos vosotros. Voy a vuestra tierra bendita y herida como peregrino de la esperanza”, explicó.
“Es un honor para mí encontrarme con una Iglesia martirizada: ¡Gracias por su testimonio! Que los muchos, demasiados mártires que has conocido nos ayuden a perseverar en la humilde fuerza del amor”, añadió.
La iglesia “los anima a seguir adelante”. “No permitamos que prevalezca el terrible sufrimiento que han experimentado y que tanto me entristece”, agregó.
– Un viaje arriesgado –
El papa emprende el viaje número 33 de su pontificado para llevar un mensaje de paz y reconciliación, que contribuya a curar heridas, tal como lo hizo en Colombia en 2017 tras la firma de la paz después de más de medio siglo de conflicto interno.
Francisco, que quiere pasar a la historia por su defensa de los pobres y de la paz, realiza el viaje más arriesgado de sus nueve años de pontificado, según la prensa especializada.
La visita papal no sólo representa un desafío desde el punto de vista religioso sino también logístico y sanitario, con un nuevo pico de contagios de coronavirus de 4.000 casos diarios.
El pontífice, que junto con su séquito y los periodistas que lo acompañan han sido vacunados, visitará Bagdad y Erbil, dos ciudades donde recientemente se dispararon cohetes contra intereses estadounidenses.
Pese a ello, Francisco mantuvo su programa y explicó que no se puede decepcionar “por segunda vez a ese pueblo”, tras recordar la cancelación, en 1999, de la visita de Juan Pablo II.
El papa tiene programado también una etapa en Mosul, antiguo bastión de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
La visita del pontífice argentino a Irak estará marcada por la ausencia de multitudes, con las calles vacías por la pandemia y deberá utilizar casi siempre un automóvil blindado.
Sólo en el estadio de Erbil, con capacidad para 20.000 personas, se dirigirá a unos 4.000 fieles para la misa dominical, según fuentes locales.
El sábado, el papa visitará la antigua Ur, una etapa con fuertes vínculos espirituales, ya que fue cuna del cristianismo, la tierra del profeta Abraham, padre de las tres religiones monoteístas.
Ese día se reunirá también en la ciudad santa de Nayaf (sur), con el gran ayatolá Ali Sistani, de 90 años, la máxima autoridad para los chiitas en Irak, un gesto a favor del diálogo con todos los musulmanes.