Manifestantes birmanos llaman a salir a la calle en fiesta de fuerzas armadas

Manifestantes birmanos llaman a salir a la calle en fiesta de fuerzas armadas
En esta foto de archivo tomada el 14 de febrero de 2021, manifestantes sostienen carteles de apoyo al Movimiento de Desobediencia Civil (MDL) en una manifestación contra el golpe militar en Yangon. Foto: AFP

El balance podría ser muy superior, puesto que cientos de personas arrestadas permanecen desaparecidas. La junta da cuenta de 164 fallecidos.

Activistas prodemocracia instaron el viernes a manifestar este fin de semana en Birmania contra la junta militar, el día de las fuerzas armadas, tras un ataque a la sede del partido de Aung San Suu Kyi y la liberación de más de 300 detenidos.

Desde el golpe de Estado militar del 1 de febrero, la represión de las manifestaciones ha causado al menos 320 muertos y unas 3.000 personas han sido detenidas, según la Asociación de Ayuda a los Prisioneros Políticos (AAPP).

El balance podría ser muy superior, puesto que cientos de personas arrestadas permanecen desaparecidas. La junta da cuenta de 164 fallecidos.

En Rangún, la capital económica, la sede de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de la derrocada jefa del gobierno civil Aung San Suu Kyi, sufrió el viernes un ataque con un cóctel molotov.

“Vamos a presentar una denuncia en la policía. No sabemos quién lo ha hecho”, dijo Soe Win, un miembro del partido.

Desde el golpe, muchos diputados de esta formación viven en la clandestinidad y formaron un parlamento paralelo.

Tras la liberación el miércoles de más de 600 detenidos por las protestas, este viernes otros 322 –“249 hombres y 73 mujeres”, según un responsable de la cárcel de Insein en Rangún– fueron liberados, la víspera del día de las fuerzas armadas.

Precisamente con motivo de esta jornada, activistas prodemocracia lanzaron llamados para manifestar el sábado. “Ha llegado de nuevo la hora de luchar contra la opresión militar”, afirmó en Facebook Ei Thinzar Maung, un líder de las protestas.

– Demostración de fuerza –
Tradicionalmente, esta jornada es una demostración de fuerza de los militares, con un gran desfile en Naipyidó, la capital administrativa. Conmemora el 27 de marzo de 1945, día en el que el futuro héroe de la independencia, el general Aung San, padre de Aung San Suu Kyi, lideró un levantamiento contra las fuerzas de ocupación japonesas.

Desde el golpe del 1 de febrero, el movimiento prodemocracia insta a hacer huelgas y promueve campañas de desobediencia civil de los funcionarios. Las autoridades responden dispersando las manifestaciones con gas lacrimógeno, balas de goma y munición real, al tiempo que multiplican las detenciones.

El jueves por la noche, en la región de Bago, cerca de Rangún, un grupo de policías irrumpió en el domicilio de un parlamentario de la LND, que vive ahora en la clandestinidad, Kyaw Aye Win, y detuvo a su hijo. Esto desató la indignación de los manifestantes, que reclamaron su liberación delante de la comisaría.

“Cuando los policías intentaron dispersar a los manifestantes, un hombre murió por un disparo” en la cara, explicó un político local, precisando que era un estudiante.

En Mandalay (centro), segunda ciudad del país, las paredes de la universidad de Medicina estaban recubiertas de batas blancas con una cinta negra pintada, en homenaje a las víctimas de la violencia.

Pese a la mortífera represión, los manifestantes siguen saliendo a las calles. Miles de personas se congregaron en Monywa (centro) y en Hpakant (norte).

Uno de los principales grupos rebeldes, la Unión Nacional Karen (KNU), activo en el sudeste, publicó el viernes una carta dirigida al jefe de la junta, el general Min Aung Hlaing, en respuesta a una propuesta para reunirse.

La KNU, que ha acogido a cientos de manifestantes prodemocracia en las zonas que controla, reclama como condición previa la liberación de todas las personas detenidas desde el golpe, el cese de la violencia y la retirada del ejército de “cualquier compromiso activo en la vida política”.

El movimiento de protesta antigolpista ha sido propuesto para el Premio Nobel de la Paz 2022, dijo el viernes Kristian Stokke, profesor de sociología de la Universidad de Oslo, impulsor de esta candidatura, junto a otros cinco docentes.

Por su parte, la comunidad internacional incrementa sus condenas y sus sanciones. Estados Unidos y Reino Unido, antigua potencia colonial, tomaron el jueves medidas contra los dos principales conglomerados en manos de los militares birmanos.

 

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