El presidente de Chile, Sebastián Piñera, promulgó este martes la ley que posterga por cinco semanas las elecciones de alcaldes, gobernadores y constituyentes previstas inicialmente para el 10 y 11 de abril, a raíz del aumento de contagios de covid.
Luego de una difícil negociación en el trámite legislativo, quedó confirmada la elección para el fin de semana del 15 y 16 de mayo.
“No nos pareció prudente ni conveniente realizar elecciones este próximo fin de semana”, dijo Piñera en el palacio de La Moneda, nueve días después de anunciar el proyecto para aplazar estos comicios.
“Las razones que tuvo nuestro gobierno para promover esta postergación son muy sólidas y son básicamente dos: cuidar la salud de nuestros compatriotas y, segundo, cuidar la salud de nuestra democracia”, agregó el mandatario.
Piñera explicó que la decisión se tomó con base en el intenso rebrote de la pandemia en Chile, donde a pesar del rápido proceso de vacunación –con más de siete millones de personas inoculadas con al menos una dosis- los casos saltaron a récords diarios.
Las cifras de más de 8.000 nuevas infecciones en 24 horas son superiores a las de la primera ola.
Adicionalmente, se suman la aparición en el país de nuevas variantes del virus, la alta exigencia en la que se encuentran las unidades de cuidados intensivos en los hospitales -con un 95% de ocupación-, y que la comunidad científica se había expresado por unanimidad a favor de aplazar la elección.
Según Piñera, todas estas consideraciones “anticipaban una alta abstención de la ciudadanía si las elecciones se realizaban durante el próximo fin de semana, y una alta abstención sin duda afecta la salud de nuestra democracia”.
En las elecciones, los chilenos deben elegir a los miembros de la convención constitucional que redactará la nueva Constitución del país, tras el resultado del plebiscito del 25 de octubre pasado, cuando un 79% votó por cambiar la Carta Magna que se mantiene como herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En la misma jornada, se elegirán a alcaldes, concejales y por primera vez, a gobernadores regionales.
La nueva ley congela la propaganda electoral hasta el 29 de abril, mantiene el padrón electoral y no altera el resto del calendario de elecciones previsto para este año, que incluye la presidencial del 21 de noviembre.
– Postergar con auxilio por cuarentena –
El mandatario promulgó la normativa horas después de que el Congreso lograra despachar el proyecto de ley, que tuvo que sortear como último paso legislativo una Comisión Mixta de senadores y diputados al no lograr salvarse las diferencias entre ambas cámaras, centradas sobre todo, en otros aspectos prácticos de la resolución.
“Este proyecto nace por la crítica situación sanitaria; debe prevalecer la salud de las personas y en eso el gobierno tomó dos acciones: hacerla en dos días, y por el aumento de los contagios, correrla de fecha, pero aquí todo se polarizó”, dijo el senador oficialista Claudio Alvarado.
Una de las primeras demandas de la oposición al Gobierno fue exigir una rápida respuesta en ayudas a las clases obrera y media, que tras 400 días en pandemia están nuevamente obligadas a restricciones duras con cierres de la gran mayoría del comercio, para frenar los contagios.
Otro de los puntos de mayor controversia fue la posibilidad de que los alcaldes en ejercicio -suspendidos de sus cargos mientras se desarrollaba la campaña- pudieran volver a sus cargos, algo que finalmente se aprobó.
Quienes aspiran a la reelección presionaron por volver a ejercer sus funciones, pero para sus detractores esto abría la oportunidad de que siguieran haciendo campaña mientras quedaba suspendida para sus oponentes. Ahora, los alcaldes volverán a sus funciones hasta el 15 de abril.
Al proponer la postergación de las elecciones hace nueves días, Piñera afirmó que la prioridad era “la salud de todos los habitantes de Chile”. Pocos días antes había asegurado que estaban dadas las condiciones para los comicios en abril y mostró un discurso sobre todo triunfalista por el avance de la vacunación.
Según los expertos esta nueva ola de contagios tiene que ver con una falsa sensación de seguridad que entregó el rápido proceso de inoculación, un verano austral con fronteras abiertas, la introducción de nuevas variantes del virus y medidas tempranas de apertura de centros comerciales, cines, gimnasios y restaurantes.