El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios sus tipos de interés en su mínimo histórico, así como el dispositivo de apoyo excepcional a la economía en su conjunto, se informó el jueves al término de la reunión del Consejo de gobernadores.
Aún no ha llegado el momento de acabar con la política monetaria expansiva, defendió la presidenta del BCE, Christine Lagarde, tras la reunión.
El debate sobre el final progresivo del programa de compras masivo de deudas, impulsado el año pasado tras el inicio de la pandemia, es “prematuro” y no fue abordado en la tercera reunión de gobernadores en 2021, precisó la presidenta.
El Consejo del BCE decidió mantener la principal tasa de interés en cero, en tanto a los bancos se les aplicará un 0,50% a los depósitos que realicen en el banco central en lugar de usarlos para préstamos a sus clientes.
El instituto, además, continuará con su compra de deuda a un ritmo acelerado, en el marco de un programa contra la pandemia (PEPP), lanzado un año atrás para mantener condiciones de financiación favorables, y que aún debe cubrir 1,85 billones de euros (2,230 billones de dólares) a gastar desde ahora hasta marzo de 2022.
Como se indicó, la tasa directriz que se utiliza para la refinanciación bancaria a corto plazo se mantuvo en cero, al mismo nivel desde 2016.
Decidido en marzo pasado en respuesta a las presiones sobre los tipos interés de los bonos, se prevé que siga el aumento “significativo” del ritmo de compra de deuda pública y privada.
“El Consejo de gobernadores prevé que las compras bajo el PEPP continúen durante el trimestre en curso a un ritmo significativamente más elevado que durante los primeros meses del año”, señaló el organismo comunicado.
Esta intervención había contribuido a flexibilizar el mercado de bonos tras el nerviosismo provocado a comienzos de año ante los temores de un crecimiento de la economía estadounidense.
Desde marzo, el monto semanal de compras netas de activos en el marco del PEPP fue de una media de unos 17.000 millones de euros, ante a los 12.000 millones de euros en enero y febrero.
– Tercera ola –
El BCE considera que las perspectivas económicas “se ven oscurecidas por la incertidumbre” a causa de la pandemia y, en concreto, de la tercera ola del covid-19 que acecha el Viejo Continente.
“La persistencia de niveles elevados de infección y las medidas de confinamiento siguen afectando la actividad económica a corto plazo”, destacó Lagarde.
El instituto, que desvelará en su próxima reunión en junio nuevas previsiones hasta 2023, sigue apostando por “una firme reactivación de la actividad” durante este año gracias a las campañas de vacunación.
La prioridad del BCE es garantizar unas condiciones de crédito favorables para familias y empresas.
Por este motivo, mantuvo los tipos de interés en los niveles más bajos en la historia de la moneda única.
Antes de subir los tipos y abandonar la política monetaria expansiva, el BCE quiere asegurarse unos niveles de inflación cercanos al 2%, un objetivo que la eurozona no alcanza desde 2012.