El modelo previsional chileno está fuertemente cuestionado por las pírricas jubilaciones que otorga, frente a las multimillonarias ganancias de las empresas privadas que gestionan los fondos, y cada vez son más las voces que piden transitar hacia un modelo más solidario.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, presentó ayer domingo un proyecto alternativo para permitir a los ciudadanos del país retirar un tercer 10 % de sus ahorros en fondos privados de pensiones, en un intento por frenar una medida similar aprobada en el Congreso que busca ayudar a la mermada clase media durante la pandemia.
“Mañana enviaremos al Congreso, y con la máxima urgencia, un proyecto de ley de retiro y recuperación de ahorros previsionales, que permite a los chilenos retirar el 10 % de sus ahorros y que soluciona los problemas del proyecto recientemente aprobado por el Congreso”, anunció el mandatario conservador.
A diferencia de la iniciativa del Congreso, el nuevo proyecto incluye el pago de impuestos “para aquellos cotizantes pertenecientes al 10 % de más altos ingresos del país”, que tengan una renta imponible superior al 1,8 millones de pesos (2.500 dólares).
El nuevo texto incluye, además, un bono de 200.000 pesos (280 dólares), para las 3 millones de personas que se quedaron sin pensiones con las dos anteriores retiradas de fondos, de julio y diciembre, además de un sistema de restitución para fortalecer las pensiones con un aumento del 1 % de la cotizaciones por parte del Estado y el empleador.
De esta forma, explicó Piñera, “el aporte total al ahorro previsional de los trabajadores se incrementará de un 10 % a un 12% y mejorará en el tiempo en un 20 % las pensiones futuras”.
“Tengo la obligación de actuar con sensibilidad ante las necesidades de mis compatriotas, pero también con responsabilidad”, agregó el presidente chileno, muy criticado por rechazar la iniciativa del Congreso.
INTENSAS NEGOCIACIONES
El anuncio de Piñera se da tras un fin de semana de intensas negociaciones con los partidos que integran la coalición oficialista y después del requerimiento interpuesto por el Gobierno ante el Tribunal Constitucional para bloquear el proyecto del Congreso, que fue aprobado por una mayoría aplastante y contó incluso con votos del oficialismo.
“La reforma que aprobó el Congreso no respeta nuestra Constitución y nuestro Estado de Derecho”, afirmó el gobernante, quien alertó de que cinco millones de chilenos se quedarían sin fondos si prosperase la retirada del tercer 10 % de sus ahorros con el respaldo parlamentario.
Si el Tribunal Constitucional rechazase el recurso del Gobierno la vigencia de esa retirada dependería de la promulgación de Piñera, mientras que si aceptara el requerimiento gubernamental habría que esperar a que la máxima corte chilena emita una resolución final.
La oposición aún no se ha pronunciado sobre el anuncio de Piñera, quien recurre a esta estrategia política por segunda vez, luego de haber impugnado el segundo retiro de fondos de pensiones en diciembre y presentar en paralelo un nuevo texto que también incluía el pago de impuestos por parte de las clases más adineradas.
Hasta la fecha, los 11 millones de afiliados al sistema privado de pensiones chileno han retirado más de 36.000 millones de dólares.
La oposición y parte del oficialismo alegan que esas retiradas de ahorros son necesarias, porque los 18.000 millones de dólares anunciados por el Gobierno para ayudas sociales son insuficientes y “no están llegando a la población”.
Replicado en la década de 1990 en buena parte de Latinoamérica y pionero en la capitalización individual, el modelo previsional chileno está fuertemente cuestionado hoy en día por las pírricas jubilaciones que otorga, frente a las multimillonarias ganancias de las empresas privadas que gestionan los fondos, y cada vez son más las voces que piden transitar hacia un modelo más solidario.