En celebración del Día Internacional de la Enfermera, se llevó a cabo una misa de Acción de Gracias y entrega de reconocimientos en la Catedral Basílica Metropolitana, Santa María La Antigua.
Hoy 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermera, y en esta fecha establecida por el Consejo Internacional de Enfermería (CIE), honramos a los profesionales de la salud por mantener la linterna encendida a través del paso del tiempo, sin dejar que esta se apagara, aún en las circunstancias tan difíciles y dolorosas que hemos pasado, donde han ofrecido siempre lo mejor de sus vidas para salvar a otros, hasta sacrificar las suyas y de sus familias.
Los ángeles blancos, el día de hoy, en que se conmemora tan valiosa profesión, lo han celebrado con su tradicional misa de Acción de Gracias, que tuvo lugar en la Catedral Basílica Metropolitana, Santa María La Antigua.
El acto religioso fue oficiado por el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, quien durante la Santa Eucaristía exaltó la labor de la enfermería, al señalar que, “son verdaderos ángeles en la tierra; lo que se ha hecho más evidente durante la pandemia. Han esparcido en cada atención el amor del Padre Celestial; y, en medio de todas las condiciones dolorosas que les ha tocado vivir a las familias, han acompañado a sus pacientes en el último adiós de esta vida”.
Con respecto al lema de la enfermera del año 2021 “Una voz para liderar-Una visión de futuro para la atención de salud”, el arzobispo manifestó que “no hay ninguna duda del liderazgo puesto a prueba durante la pandemia, y de seguro, ese mismo liderazgo se necesitará cuando termine esta calamidad que ha paralizado al mundo. La vida debemos vivirla con optimismo y gratitud. Gracias enfermeras y enfermeros por su labor”.
Durante la ceremonia, se entregaron medallas y certificados a 9 enfermeras de la promoción de 1971 que cumplieron 50 años; y a 49 enfermeras de la promoción de 1996 que cumplieron 25 años, a quienes congratuló la licenciada Ana Reyes de Serrano, presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras de Panamá (ANEP), diciendo: “Nuestros mejores deseos y felicitaciones, momento memorable que solo se vive una vez en la vida profesional.”
En la misa bendijeron la lámpara de las enfermeras que “es el símbolo de la claridad y el conocimiento, iluminación que brinda el saber y la calificación personal, en relación con el auto conocimiento y la interacción respetuosa con el prójimo”.
También la cofia, “símbolo de honor que representa dignidad, amor al prójimo, cuidado, servicio y lealtad a la profesión”.
Asimismo, las herramientas de trabajo y los pines como signo de los 25 y 50 años de servicio.
Estuvo presente en la homilía el doctor Luis Francisco Sucre, ministro de Salud, a quien la presidenta de la ANEP agradeció su presencia, la cual consideró muy significativa.
También asistieron expresidentas de la ANEP, representaciones de los capítulos, jefas de enfermeras del Ministerio de Salud (MINSA), Hospital Santo Tomás (HST), Caja de Seguro Social (CSS) y de la Coordinación del Programa Ampliado de Inmunización (PAI).
En representación de las enfermeras de todo el país, se obsequió a Monseñor Ulloa un pergamino y la lámpara símbolo de las enfermeras.
La Arquidiócesis de Panamá hizo entrega de la Medalla “Santa María la Antigua”, para distinguir a enfermeras de la ANEP, instituciones de salud y la Pastoral de Salud de la Iglesia Arquidiocesana.
Finalmente, las enfermeras cantaron con emotividad el Himno de la Enfermera, de María Olimpia De Obaldía, en cuyo final exclaman:
“…Dadnos materno amor para los niños,
abnegación filial para el anciano
y para el hombre y la mujer doliente,
oportuno y solícito cuidado.”
Los grupos presentes reconocieron la contribución de la ANEP, liderada por la licenciada Reyes de Serrano, para los logros de la enfermería, lo cual hace alusión al juramento de Florence Nightingale: “Haré todo lo que esté a mi alcance para elevar el nivel de la enfermería”.
La Lic. Reyes de Serrano, expresó en su mensaje del Día de la Enfermera: “Somos las y los líderes, pero no es suficiente que nos digan que somos, tenemos que internalizarlo en nuestro ser, hacer y saber, y más aún en estos nuevos tiempos de pandemia; sumemos y multipliquemos esfuerzo para impulsar cambios que mejoren y transformen nuestros ámbitos laborales, desde la docencia, la investigación y la atención, en pro de quien es el centro el sistema de salud, el ser humano.
También dijo: “Enfermeras lideremos a una voz para que la salud sea para todos por igual, sin importar el género, condición económica o social, área geográfica, nivel educativo, etnia, credo; la salud es un derecho humano”.
La dedicación de los profesionales de enfermería es incalculable. Gracias a manos llenas por su lucha para cuidar de nuestras vidas. “Un mundo sin enfermeras jamás”.