Los presidentes ruso y bielorruso, Vladimir Putin y Alexander Lukashenko, conversaron este sábado por segundo día, tras el escándalo suscitado por el desvío, el 23 de mayo, de un avión comercial europeo para detener a un periodista afín a la oposición.
Lukashenko, que tiene en Moscú su principal aliado, fue recibido el viernes y el sábado por Putin en Sochi, una ciudad costera de Rusia a orillas del mar Negro, mientras que los países occidentales anunciaron sanciones contra Minsk.
“Ayer fue el día oficial de los diálogos, y hoy es la parte informal”, indicó a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que agregó que ambos mandatarios “aprovecharon el buen tiempo” y fueron a “hacer un paseo en barco”.
El canal de Telegram “Pool Pervogo”, que actúa como cuenta no oficial de la presidencia bielorrusa, difundió una fotografía en la que aparecen los dos dirigentes hablando, vestidos de manera informal, aparentemente a bordo de un barco.
Según Peskov, Putin y Lukashenko hablaron principalmente sobre “cooperación económica” y sobre la “lucha contra la pandemia” de covid-19, pero también sobre el avión de línea de Ryanair que fue desviado por Minsk el fin de semana pasado, y sobre el arresto del periodista bielorruso crítico con el poder Román Protasévich y su novia rusa Sofia Sapega, que iban a bordo del mismo.
El avión fue interceptado cuando sobrevolaba territorio bielorruso y la maniobra suscitó una gran conmoción en Europa y en Estados Unidos, que adoptaron sanciones contra el régimen de Lukashenko, sobre todo pidiendo a las compañías aéreas europeas que eviten sobrevolar Bielorrusia.
“Lukashenko aportó a su homólogo información detallada sobre lo que ocurrió a bordo del avión de Ryanair”, agregó Peskov, agregando que Moscú no era “indiferente a la suerte” de Sapega, ciudadana rusa.
Ambos acordaron trabajar en la “organización de la conexión aérea” entre sus países, habida cuenta de las restricciones impuestas por la Unión Europea.