La consecución de esta instalación involucra puntos importantes para Panamá entre los que se destacan la salud pública, generación de conocimiento científico e innovación y oportunidades de negocios, que darán a la región la capacidad y la seguridad nacional para dar respuesta inmediata a posible patógenos.
Para el 2023, Panamá debe establecer el Centro Regional de Innovación de Vacunas y Biofármacos (CRIVB), el cual representa el primero de los tres objetivos estratégicos que buscan dotar al país y a la región Centroamericana y del Caribe a la vanguardia en la producción y así no depender de poderosos fabricantes industriales, destacó el director de la secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT), Dr. Eduardo Ortega, al sustentar el pasado martes, en la Comisión de Presupuesto, traslados de partidas.
Informó que en ese centro habrá la capacidad de investigar, desarrollar y fabricar vacunas y anticuerpos monoclonales y otros viro fármacos.
El funcionario solicitó a la Asamblea Nacional tres créditos adicionales por B/.3.7 millones, los cuales afirmó serán para el desarrollo de este proyecto.
Precisó que contará con el personal, infraestructura y equipamiento para que el país se ponga a la vanguardia de la región en el año 2023.
Según Ortega, este programa aborda tres temas importantes que son la salud, agro y la tecnología digital, ya que a raíz de la pandemia se evidenció su importancia.
Destacó que dicho Centro Regional de Innovación de Vacunas y Biofarmacos, (CRIVB), dará a Panamá la capacidad y la sostenibilidad en el futuro para abordar posibles temas de organismos emergentes y reemergentes.
Señaló que la segunda fase propone la construcción de una planta piloto con la capacidad de producir vacunas, anticuerpos y otros viro fármacos para estudios clínicos en respuesta a una emergencia sanitaria futura, la cual podría estar lista para el año 2024.
Informó que la tercera fase de esta obra es la construcción de una planta de manufactura de vacunas y de fármacos de bajo volumen con la posible producción de 30 millones de dosis de vacunas para la región centroamericana, dependiendo del resultado del estudio de viabilidad.
La construcción del CRIVB involucra puntos importantes para Panamá entre los que se destacan la salud pública, generación de conocimiento científico e innovación y oportunidades de negocios, que darán a la región la capacidad y la seguridad nacional para dar respuesta inmediata a posible patógenos.
Expresó el científico que nos ayudará a aliviar la dependencia externa de vacunas de productores globales y proveer a Centroamérica y el Caribe con productos de alta calidad a costos accesibles.
Desde el punto de vista de negocios, adelantó que permitirá impulsar el crecimiento económico sostenible a través de la posibilidad de producir estas vacunas y anticuerpos monoclonales, lo que incrementará la oportunidad laboral para trabajadores calificados, generación de empresas industrias locales relacionadas a biofármacos y también tener la posibilidad de atraer empresas multinacionales para la colaboración empresarial.
Dijo que esta es una colaboración internacional con facilitadores como el Ministerio de Salud, Relaciones Exteriores y la Oficina Panamericana de la Salud (OPS).