Entre 700 y 900 personas huyen diariamente de Venezuela pese al cierre de fronteras del país sudamericano debido a la pandemia de covid-19, según datos publicados el jueves por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El éxodo venezolano por vías irregulares disminuyó con las restricciones a la movilidad impuestas para evitar los contagios, pero no se interrumpió, señaló a la AFP David Smolansky, que coordina el Grupo de Trabajo de la OEA para la Crisis de Migrantes y Refugiados Venezolanos en la Región.
Antes del inicio de la emergencia sanitaria, en marzo de 2002, unas 5.000 personas abandonaban diariamente Venezuela, dijo Smolansky, opositor venezolano al frente de este grupo creado en 2018 por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, para atender la salida de personas del país sudamericano al resto de la región.
Ahora se calcula que, desde septiembre pasado, unos 700 a 900 venezolanos salen del país cada día por trochas fronterizas, de los cuales la mayoría se dirige a Colombia, y en mucho menor proporción, a Brasil.
“Es la crisis de desterrados más grande en la historia de la región”, afirmó Smolansky.
Más de 5,6 millones de personas abandonaron Venezuela desde 2015, de acuerdo con el reporte, que recoge cifras de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), creada en el seno de la ONU en 2018.
El informe identificó cinco razones fundamentales para este éxodo masivo: una “emergencia humanitaria compleja”, “violación sistemática a los derechos humanos”, “inseguridad”, “colapso de los servicios básicos” y “alto costo de vida”.
En Venezuela, “9,3 millones de personas, un tercio de la población, sufren inseguridad alimentaria moderada o grave y necesitan asistencia”, señaló, citando datos del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Además, dio cuenta de más de 18.000 ejecuciones extrajudiciales realizadas por las fuerzas de seguridad estatales o colectivos afines al gobierno desde 2014, según investigaciones de la OEA.
– Caminatas de hasta 4.000 km –
También dijo que los venezolanos enfrentan violencia callejera, cortes diarios generalizados de los servicios de agua y luz eléctrica, y una hiperinflación de 6.500%, según el FMI.
Venezuela, otrora una potencia petrolera, está sumida en una debacle económica y social agudizada desde la llegada al poder en 2013 del mandatario Nicolás Maduro, cuya legitimidad la OEA desconoce por considerar viciada su reelección en 2018.
“La única solución para frenar este deslave humano es el restablecimiento de la democracia y las libertades en Venezuela”, sostuvo Smolansky.
La llegada de migrantes y refugiados venezolanos, que según el informe “pueden caminar hasta 4.000 kilómetros a través del continente para llegar a otro país y satisfacer necesidades básicas”, ha impactado fuertemente a sus vecinos americanos.
La mayoría se encuentra en Colombia, donde se estima que hay unos 1.743.000 venezolanos, seguido de Perú (1.050.000), Estados Unidos (465.000), Chile (457.000) y Ecuador (431.000).
Otros países con importante migración venezolana son Brasil (262.000), Argentina (180.000), Panamá (121.000), México (102.000) y República Dominicana (114.500), Trinidad y Tobago (40.000), Costa Rica (30.000) y Guyana (36.000).
“A nivel mundial, solo Siria, que ha padecido una guerra más de 10 años, supera a Venezuela en el flujo de migrantes y refugiados”, alertó el reporte, aunque dijo que las donaciones internacionales para atender esta crisis son diez veces menores de lo aportado para la crisis siria.
Según el informe, la ayuda internacional para los refugiados sirios promedia los 5.000 dólares por persona, mientras para los venezolanos es de 480 dólares per cápit