Boeing anunció el martes la cancelación de un vuelo no tripulado de su cápsula Starliner a la Estación Espacial Internacional (ISS), posponiendo una prueba clave que intentó por última vez en 2019.
Estaba previsto que la nave fuera lanzada en un cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA) desde la Base Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, a primera hora de la tarde del martes.
“Confirmamos que el lanzamiento del #Starliner Orbital Flight Test-2 de hoy se ha cancelado”, tuiteó Boeing Space.
Un comunicado de la NASA dijo que la cancelación se debió a “indicaciones inesperadas de la posición de las válvulas en el sistema de propulsión del Starliner”.
La próxima oportunidad de lanzamiento es el miércoles a las 12H57 locales (16H57 GMT), pero condicionada a la resolución del problema detectado.
“Estamos decepcionados por el resultado de hoy y por tener que reprogramar el lanzamiento”, dijo el directivo de Boeing John Vollmer.
“Boeing y la NASA se tomarán el tiempo necesario para reafirmar la seguridad e integridad de nuestro aparato espacial y la concreción de los objetivos de nuestra misión”, dijo.
El vuelo de prueba debía tener lugar el viernes pasado, pero tuvo que ser reprogramado después de que un módulo científico ruso encendiera inadvertidamente sus propulsores tras el acoplamiento con la ISS, haciendo que esta se desplazara.
Después de que la NASA pusiera fin al programa del Transbordador Espacial en 2011, concedió a Boeing y a SpaceX contratos multimillonarios para proporcionar a sus astronautas servicios de transporte a la estación espacial y prescindir de las naves rusas Soyuz, de las que pasaron a depender desde entonces.
El programa de SpaceX ha avanzado más rápido, y ya ha realizado tres misiones tripuladas.
Pero el programa de Boeing se ha quedado atrás. Durante un primer vuelo de prueba sin tripulación en diciembre de 2019, la cápsula Starliner experimentó fallos de software que causaron problemas con la forma en que funcionaron sus propulsores.
Como resultado, no tuvo suficiente combustible para llegar a la ISS y debió regresar a la Tierra prematuramente. Una investigación posterior mostró que estuvo cerca de sufrir un desperfecto de vuelo calamitoso mientras reingresaba a la atmósfera también.
Más tarde, la NASA calificó aquella misión como “llamada cercana de alta visibilidad”, una designación inusual reservada a las cuasi-catástrofes.
Steve Stich, director del programa de tripulación comercial de la NASA, dijo a los periodistas la semana pasada que esta vez tenía confianza.
“Queremos que vaya bien, esperamos que vaya bien y hemos hecho todos los preparativos posibles”, dijo.
“El Starliner es un gran vehículo, pero sabemos lo difícil que es, y además es un vuelo de prueba y espero absolutamente que aprendamos algo en este vuelo de prueba”.
La nave transportará más de 180 kilogramos de suministros para la tripulación de la ISS y volará a la Tierra con casi 250 kilogramos de carga, incluidos tanques de aire, para aterrizar en el desierto del oeste de Estados Unidos al final de su misión.