Barack Obama debió dar marcha atrás en sus planes de ofrecer una gran fiesta por sus 60 años el fin de semana, reduciendo a unos pocos la lista de cientos de invitados debido a la propagación de la variante delta del coronavirus, dijo el miércoles una portavoz del expresidente estadounidense.
“El evento al aire libre estaba planificado desde hace meses, con todas las salvaguardas por el covid en pie”, dijo Hannah Hankins en un comunicado, un día después de que el festejo fuera criticado, especialmente por conservadores.
“Debido a la nueva propagación de la variante delta en la última semana, el presidente y la señora Obama decidieron recortar considerablemente el evento para incluir solo a la familia y amigos cercanos”, dijo Jenkins.
La celebración está prevista el sábado en la exclusiva isla de Martha’s Vineyard, en el estado de Massachusetts, en la costa noreste de Estados Unidos, y se esperaba que asistieran cientos de exfuncionarios de los gobiernos de Obama, donantes demócratas y celebridades, incluidos George Clooney, Steven Spielberg y Oprah Winfrey, según The Washington Post.
Según los medios, tendrá lugar al aire libre en un terreno frente al mar, cumpliendo con todas las reglas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, por lo que todos los invitados deberán haber sido vacunados y dar negativo por covid.
Aún así, los conservadores criticaron al expresidente.
El congresista republicano Jim Jordan, leal al sucesor de Obama, Donald Trump, ironizó en Twitter que “si fuera la fiesta de cumpleaños del presidente Trump” denunciarían un “peligroso evento superpropagador” del virus y concluirían que los organizadores de esa reunión “matan personas”.
“¿Hay una excepción para las fiestas a las que asisten celebridades liberales adineradas?”, preguntó la líder del Partido Republicano, Ronna McDaniel.
No está previsto que el presidente Joe Biden, que fue ocho años el vicepresidente de Obama, asista a la fiesta del sábado.
Durante el mandato del republicano Trump se realizaron eventos con público sin mascarilla en la Casa Blanca o actos de campaña electoral, cuando la epidemia era más severa e incluso no había siquiera comenzado la vacunación.