La constelación Pléiades Neo, financiada, fabricada y operada íntegramente por Airbus, supone un paso más en la observación terrestre, gracias a su muy alta resolución y una precisión de geolocalización sin precedentes.
La constelación de satélites Pléiades Neo, para la observación terrestre de muy alta resolución, sumó hoy un nuevo satélite, el segundo de los cuatro previstos, que fue lanzado a bordo de un cohete Vega desde el Centro Espacial Europeo de Kurú (Guayana francesa).
El cohete de Arianespace, que además del Pléiade Neo4 lleva cuatro “cubesat” (nanosatélites), despegó a las 01.37 GMT y se estima que la duración de la misión sea de 1 hora y 45 minutos.
La constelación Pléiades Neo, financiada, fabricada y operada íntegramente por Airbus, supone un paso más en la observación terrestre, gracias a su muy alta resolución y una precisión de geolocalización sin precedentes.
Los nuevos satélites, con una vida útil prevista de diez años, permiten tomar datos de forma urgente, entre 30 y 40 minutos después de la solicitud (cinco veces más rápido que otras constelaciones), lo que permitirá responder a las situaciones más críticas, como una catástrofe natural, casi en tiempo real.
Con aplicaciones en la defensa, el tráfico marítimo o el mapeo, entre otras, la constelación Pléiades Neo puede cubrir hasta dos millones de kilómetros cuadrados al día.
Este lanzamiento pone en órbita el segundo satélite de la constelación y los dos restantes, Pléiades Neo 5 y 6, está previsto que lleguen al espacio el año que viene.
A bordo del cohete Vega también van cuatro cubesat, tres de ellos para la Agencia Espacial Europea (ESA). SunStorm equipado con un espectómetro para detectar los pulsos de rayos X producidos por las eyecciones de la corona del Sol, que pueden provocar tormentas solares que interfieran con algunas tecnologías en la Tierra.
RadCube servirá para probar tecnologías miniaturizadas de instrumentos para medir, “in situ”, la radiación espacial y la vigilancia del clima espacial.
El cubesat LEDSat, es un proyecto estudiantil de la Universidad La Sapienza, de Roma, que investigará los diodos emisores de luz como forma de rastrear satélites en órbita baja.
El cuarto nanosatélite, BRO-4 desarrollado por la empresa francesa Unseenlabs, forma parte de una constelación dedicada a la interceptación de señales de radiofrecuencia desde el espacio.
Con una tecnología basada en la identificación de las señales electromagnéticas de los barcos, que permite geolocalizar y caracterizar cualquier barco en el mar, esta constelación estará compuesta por una veintena de nanosatélites y completamente desplegada en 2025.