El jefe de la diplomacia israelí, Yair Lapid, presentó el domingo un plan para “mejorar” las condiciones de vida de los palestinos en la Franja de Gaza a cambio de un compromiso de “calma” por parte del movimiento Hamás, que gobierna el enclave.
“Durante demasiado tiempo, las únicas dos opciones eran conquistar Gaza o la violencia sin fin. Ambas opciones son malas”, dijo Lapid al presentar su iniciativa “Economía a cambio de seguridad” en una conferencia sobre seguridad en Jerusalén.
En concreto, propuso un plan en dos fases, pero sin negociaciones con Hamás, un movimiento considerado “terrorista” por Israel.
En la primera fase, “se repararían las líneas eléctricas, se conectaría el gas y se construiría una planta desalinizadora de agua” en Gaza, un territorio que lleva más de 15 años bajo bloqueo israelí y tiene de media 12 horas de electricidad al día y poca agua potable.
A cambio, los islamistas de Hamás tendrán que comprometerse a que haya “calma durante un largo periodo”, añadió Lapid, precisando que, en caso de violencia, la respuesta de Israel será “más fuerte que en el pasado”.
En una segunda fase, se construiría un puerto y un “enlace por carretera” entre Gaza y Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel, así como una nueva zona industrial, explicó.
Cisjordania, donde tiene su sede la Autoridad Palestina de Mahmud Abas, está separada de Gaza por territorio israelí.
El plan, que aún no ha sido adoptado por el gobierno, no pretende resolver el conflicto palestino-israelí, sino “actuar ahora” para “mejorar” las condiciones de vida de los palestinos y “crear mejores condiciones para futuras conversaciones”, según el ministro.
Israel y Hamás se han librado cuatro guerras desde 2008. Cuatro meses después de la última guerra, en mayo, la reconstrucción del enclave aún no ha comenzado, a pesar de los compromisos de varios donantes.