En los últimos tres meses, se ha capturado a unas 40 personas por el delito de hurto de cables, pero una solamente ha sufrido quemaduras, lo que hace suponer a las autoridades que tienen pleno conocimiento de lo que están realizando.
Las pérdidas monetarias ocasionadas por el hurto de cables en el país y que, posiblemente no pueden cuantificarse, ocasionan otros perjuicios que inciden directamente en la comunidad, al trasladarse los inconvenientes en los servicios del transporte (Metro), luminarias, la industria, el comercio y la cadena de frío de los alimentos.
Estas malas prácticas cometidas por personas que se dan a esta tarea, y que según indican las autoridades, conocen lo que están haciendo, porque anteriormente se pensaba se trataba de “indigentes”, no lo es, porque según las investigaciones de la Fuerza Pública, se quieren hacer pasar por este tipo de personas, pero no lo son.
A estas conclusiones han llegado luego de las investigaciones realizadas, porque no se han dado afectaciones personales en ninguna de las personas que se dedican al hurto de cables.
En lo que va del año, en los últimos tres meses, se ha capturado a unas 40 personas y de estas, solamente una ha sufrido quemaduras, lo que hace suponer a las autoridades que tienen pleno conocimiento de lo que están realizando.
Inclusive las autoridades, ya han detectado pequeñas bandas, que se han creado para cometer estos delitos, que representan “grandes sumas de dinero” en pérdidas.
Diferentes partes de la ciudad capital se ven afectadas por estos hechos, sin embargo, se mencionan a San Miguelito, Parque Lefevre, Calidonia, Don Bosco, como los sectores en donde se da una gran afectación por estos hechos.
Las autoridades reconocen el daño que ocasiona a la población este tipo de hechos, debido a que se les limita el servicio, ya sea de electricidad como de telefonía.
Para la empresa de distribución eléctrica, ENSA, el hurto de cables es una situación que ha afectado notablemente a las comunidades de la zona de concesión, donde se distribuye energía, la cual, según indicó, Máximo Núñez, gerente de operación y mantenimiento de ENSA, “viene acompañado de una larga lista de afectaciones a la red eléctrica y a los usuarios”.
Las estadísticas revelan que, en los últimos meses, los casos han aumentado, precisó Núñez e indicó que, en 2019, se identificaron 33 casos y para 2020, los casos reportados fueron 37.
Al cierre de julio de este año, agregó, se han contabilizado 67 casos, es decir, “a casi cinco meses de finalizar el 2021, estos hechos causan un aumento del 90% respecto al año anterior, al tiempo que reiteró que esta información solamente es del área de distribución de ENSA.
“Las pérdidas para todos a consecuencia del hurto de cables no pueden cuantificarse, pero lo que sí es seguro, que todos pagamos las consecuencias”, señaló el gerente de operación y mantenimiento de ENSA.
Detalló que esta situación, “no solo atenta en contra de la vida de las personas que ejecutan estas malas acciones, sino que también amenaza la integridad de las comunidades vecinas a la afectación, y la vida de las personas no se puede monetizar”.
El hurto de cables también incide en el óptimo servicio del Metro de Panamá, afecta a hospitales y policlínicas, a estudiantes o trabajadores que atienden sus deberes de manera virtual en sus hogares.
Además, el problema incide en la conservación de los alimentos que pueden dañarse al romperse la cadena de frío, las industrias y comercios se quedan sin el servicio, ocurren daños a la red y al alumbrado público, poniendo en riesgo la seguridad de los transeúntes, puntualizó la fuente.