En la lucha por mantener a salvo a los árboles más voluminosos del mundo, los bomberos desplegados en el Parque Nacional de las Secuoyas, en California, están optimistas y creen que las llamas no devastarán al “Bosque Gigante”.
“Tenemos centenas de bomberos allí dándolo todo, dando un cuidado extra”, dijo a la AFP Mark Garrett, oficial de comunicaciones del departamento de incendios de la región.
“Lo más desafiante aquí ha sido el terreno. Pero no hemos visto un fuego explosivo, las llamas han disminuido lo que nos ha permitido ir adelante”, dijo el oficial.
El Parque Nacional de las Secuoyas alberga a unos dos mil de estos majestuosos árboles, conocidos por su volumen y longevidad – llegan a vivir entre 2.000 y 3.000 años.
Los bomberos protegieron con plateadas láminas cortafuego la base del General Sherman, que con un tronco de 11 metros de diámetro es el más voluminoso del mundo.
Los más de 600 oficiales a cargo del operativo también instalaron maquinarias y estructuras en las últimas horas para impedir el paso de las llamas que se propagan próximas al parque.
“Si las llamas realmente entran al bosque, tenemos mucho ya preparado”, dijo Garrett.
Centenas de personas se sumaron a los trabajos de protección la noche del jueves.
Una operación aérea también fue puesta en marcha para resguardar el parque, que permanece cerrado al público.
Varias comunidades vecinas fueron evacuadas por precaución.
Garret informó que los incendios Paradise y Colony han consumido casi 40 km2 en la región desde que comenzaron el 10 de septiembre.
Los enormes árboles del Bosque Gigante son un gran atractivo turístico, con visitantes viajando desde todo el mundo para maravillarse ante la majestad y tamaño de estas extraordinarias especies.
Aunque altas (General Sherman se eleva a 83 metros de altura), las enormes secuoyas son los árboles más voluminosos por sus anchos troncos, pero no son los más altos del planeta.
Las secuoyas necesitan del fuego para su ciclo de reproducción. El calor abre la corteza que expulsa miles de semillas. Los fuegos naturales han sido sus aliados durante siglos, y sus cortezas de hasta un metro de espesor guardan cicatrices de este proceso.
“Las secuoyas se adaptan naturalmente al fuego. Es realmente difícil quemar estos árboles que tienen ramas hasta 30 metros de altura. Por dos mil años, estos árboles han visto muchos incendios”, explicó el oficial.
Sin embargo la sequía que azota al oeste de Estados Unidos durante los últimos años y la falta de incendios controlados cambió el panorama, a juicio de Garrett.
“Esto es lo que nos trajo a esta situación de tener muchos árboles en el bosque, lo que no es saludable. Cuando un incendio entra, se propaga de forma extrema”.
Miles de kilómetros cuadrados de los bosques de California han sido carbonizados durante la feroz temporada de incendios de este año.
Los científicos dicen que el calentamiento global, provocado por la acción humana, está detrás de la sequía y el aumento de las temperaturas que han dejado a la región altamente vulnerable al fuego.
Durante esta temporada de fuegos, que apunta a convertirse en la peor de la historia de California, sólo el incendio Dixie ha consumido más de 3.700 km2 desde que comenzó en julio, y aunque parcialmente controlado, continúa avanzando.