Seis días después del inicio de la crisis de los submarinos, Joe Biden y Emmanuel Macron anunciaron “compromisos” para reconstruir la confianza entre París y Washington, y el presidente estadounidense reconoció que “las consultas abiertas entre aliados” habrían evitado estas tensiones.
Durante una esperada conversación telefónica, los dos presidentes trataron de encontrar una salida a la crisis diplomática más grave entre Estados Unidos y Francia desde el “no” francés a la guerra de Irak en 2003.
Emmanuel Macron y Joe Biden coincidieron en que “las consultas abiertas entre aliados” habrían “evitado esta situación”.
“El presidente Biden expresó su compromiso permanente con esta cuestión” añadieron en un comunicado conjunto. París le había acusado de comportarse como su predecesor Donald Trump.
Los dos líderes decidieron volver a reunirse “a finales de octubre” en Europa, donde se espera que el presidente estadounidense asista al G20 en Roma los días 30 y 31, y luego a la COP-26 a principios de noviembre en Glasgow (Reino Unido).
Hasta entonces, pondrán en marcha “un proceso de consultas en profundidad destinado a establecer las condiciones para garantizar la confianza”.
Para ello, Emmanuel Macron ha decidido que el embajador francés en Estados Unidos, el experimentado diplomático Philippe Etienne, regrese a Washington “la próxima semana” y trabaje “en estrecho contacto con los altos funcionarios estadounidenses”.
París anunció el viernes que retiraba a sus embajadores en Estados Unidos y Australia, una medida sin precedentes contra dos aliados históricos, como protesta por el anuncio de una asociación estratégica entre ambos países y el Reino Unido, que se tradujo en la cancelación de un megacontrato de submarinos franceses que debía comprar Australia.
“Los mensajes son buenos” con el reconocimiento de que se debería haber hecho “una mejor comunicación”, comentó Benjamin Haddad, director europeo del think tank Atlantic Council.
“Los estadounidenses entendieron que el principal choque en París no era tanto el aspecto comercial como la ruptura de la confianza”, añadió, advirtiendo que “no se supera todo de la noche a la mañana con una conversación”.
– “Importancia estratégica” –
Adoptando un tono mesurado y consensuado en contraste con los intercambios de los últimos días, el comunicado conjunto afirma que el compromiso de Francia y la Unión Europea en la región del Indo-Pacífico reviste una importancia estratégica”.
De visita en Washington, el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo también que la alianza AUKUS “no es exclusiva” y que “no trata de excluir a nadie”.
Joe Biden también adoptó un tono conciliador, afirmando que es “necesario que la defensa europea sea más fuerte y más eficiente “para contribuir a la seguridad transatlántica y complementar “el papel de la OTAN”, según el comunicado.
La crisis ha abierto un debate en Francia, pero también en otros países de la UE, sobre la necesidad de mayor soberanía europea en materia de defensa para liberarse del paraguas estadounidense.
Pero las capitales más atlantistas, como Copenhague, uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en Europa, expresaron públicamente sus reservas.
En este sentido, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, dijo no entender “en absoluto” las críticas vertidas contra Washington y defendió al “muy leal” Joe Biden.
En Francia algunos políticos quieren poner sobre la mesa la cuestión de la participación de Francia en el mando integrado” de la organización transatlántica.
Francia regresó a la OTAN en 2009 de la mano de Nicolas Sarkozy, 43 años después de haberla abandonado con el General de Gaulle.
“El diálogo político es inexistente en el seno de la OTAN, pero “no hay que dar un portazo” a la alianza por todo ello, respondió el miércoles ante los senadores la ministra de Defensa, Florence Parly.