La pandemia corta las alas a las nuevas generaciones de futbolistas sudamericanos

La pandemia corta las alas a las nuevas generaciones de futbolistas sudamericanos
Imagen ilustrativa.

La pandemia cortó las alas a las nuevas generaciones de futbolistas de Sudamérica. El confinamiento y la cancelación de los torneos juveniles impactó en la formación de las promesas del cotizado semillero mundial en momentos en que Europa amplía su dominio.

Unos se reconectaron con la pelota tras meses de parón, pero otros se alejaron por dificultades económicas. Algunos perdieron la chance y otros deberán aguardar para jugar un Campeonato Sudamericano y un Mundial, escaparates para los cazatalentos que buscan a los Messi, Maradona y Pelé del futuro.

“La pandemia nos atrasó un poco el crecimiento (…) Yo tenía una gran expectativa de disputar mi primera Copa del Mundo”, dice Caio, menudo y habilidoso extremo del Sao Paulo.

El atacante formaba parte del proceso de Brasil que iba a disputar el Sudamericano sub-17, que clasificaba al Mundial de Perú-2021.

Pero la FIFA canceló los mundiales juveniles masculinos y femeninos por la situación sanitaria y los reprogramó para 2022 o 2023, cuando muchos atletas no podrán participar por sobrepasar la edad requerida.

En agosto, la Conmebol liquidó los Sudamericanos de hombres y mujeres sub-15, sub-17 y sub-20 de 2021, donde salen sus representantes a las Copas del Mundo. Los torneos locales también han sido alterados.

“Estaba en un momento de proyección”, rememora Caio, de 17 años y ahora en la sub-20 del tricolor paulista. “Mi familia me dio bastante apoyo, mi club también. Hay que trabajar para seguir adelante”.

El ciclo mundialista puede incluir entre veinte y treinta juegos amistosos y oficiales, un fogueo perdido para estas generaciones, estima Patricio Ormazábal, técnico de Chile sub-20.

– ¿Generación perdida? –

Las perlas del Sao Paulo, una de las canteras mejor organizadas de Brasil, esperaron entre cuatro meses y casi un año, según la categoría, para retomar los entrenamientos presenciales, suspendidos en marzo de 2020.

En medio del asedio del covid-19 en el gigante latinoamericano, el segundo país con más muertos (606.000), los jugadores se las arreglaban para entrenar en casa a través de video-llamadas con sus técnicos.

La situación se repitió en Sudamérica, donde Brasil (1º), Argentina (3º) y Colombia (9º) integran el top-10 de principales países exportadores de jugadores, según el Observatorio del Fútbol CIES.

“Esta generación perdió muchas cosas, no solamente con la selección, en los clubes se afectó la formación. Vamos a tener que hallar alguna forma de recuperarnos de esta situación, que es realmente gravísima”, explica el exinternacional brasileño Alex de Sousa.

Ahora técnico de la sub-20 ‘saopaulina’, Alex asegura que aún no se “dimensiona” el daño en los juveniles por el aislamiento y la interrupción de la educación física y deportiva.

“Habrá pérdidas que sólo vamos a reconocer y saber en el futuro”, afirma el técnico, al mencionar que, por la ausencia de ejercicios, los jóvenes pueden lesionarse más fácilmente o atrasarse en conocimientos técnico-tácticos, claves para el profesionalismo.

De a poco, entre 2020 y 2021, las divisiones inferiores de los clubes sudamericanos reanudaron actividades y algunas selecciones disputaron amistosos.

El delantero Juan calcula que ya debía haber debutado profesionalmente. Pero se quedó en la sub-20 del Sao Paulo por segundo año debido a los atrasos generados por el virus.

“La pandemia llegó en un momento en el que muchos estábamos en un proceso de transición de la base al equipo profesional”, señala.

– Golpe económico –

En Colombia, la crisis económica provocada por la emergencia sanitaria obligó a que varios talentos se apartaran del balompié, algunos para sustentar a sus familias y otros porque los equipos quitaron ayudas de alimentación y vivienda.

“Los clubes dan de baja a muchos jugadores del año 2000”, que superarán la edad exigida en los futuros torneos sub-20, sostiene Andrés Arenas, propietario del Club Sabaneta, que surte jugadores a escuadras del departamento de Antioquia.

Fabián Ángel tuvo suerte. Aunque era uno de los fijos en la Colombia sub-20, el mediocampista ha tenido rodaje en el Junior de Barranquilla desde 2020.

Los caribeños suelen disputar la Copa Libertadores o la Sudamericana, vitrinas que compensan la visibilidad perdida por la cancelación de los certámenes de selecciones.

Pero la falta de partidos ha obstaculizado las carreras de “muchos jugadores que aún no han tenido la oportunidad [de debutar y que] son demasiado buenos”, lamenta Ángel.

Aparte de perjudicar su formación y potencial, en momentos en que Europa domina el fútbol, tras ganar los últimos cuatro Mundiales, la falta de exhibición de los talentos impacta las finanzas.

Vender jugadores es fundamental para los elencos sudamericanos. La década pasada, las transferencias de futbolistas brasileños, argentinos y colombianos fueron de casi USD 12.000 millones, según la FIFA.

Un contrato internacional puede transformarle la vida a un jugador, muchos de origen humilde.

“La tendencia es que la brecha con Europa aumente, porque ahí son más organizados”, apunta Alex.

Fernando Álvarez, de 17 años, defiende las juveniles de Argentinos Juniors, el once que formó a Diego Maradona, y fue capitán de la Argentina subcampeona del Sudamericano sub-15 disputado en Paraguay en 2019.

“No sé cuándo llamarán de la selección, porque no dijeron nada”, dice. “Tampoco sé si llamarán, pero quiero volver a estar ahí, que es algo tan hermoso”.

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