La expresión “colaborador” tuvo su auge durante la Segunda Guerra Mundial cuando los gobiernos colaboracionistas de Europa ayudaron a los nazis no solo a deportar a judíos como una raza indeseable, sino que contribuyeron a masacrarlos.
Los cambios lingüísticos deben obedecer a necesidades de los hablantes del idioma español para mejorar los actos de comunicación, no para pervertirlos. En el idioma español no se necesita incorporar vocablos malsonantes como “parking”, “shifear” y otros para anunciar actividades patrióticas.
Bueno, lo que interesa ahora es dedicarle unas líneas de texto a otro vocablo, porque los anteriores, aunque inofensivos, no representan ningún peligro inevitable. Pero sí llama la atención una palabra con la que se trata de desterrar el concepto de trabajador del vocabulario de los trabajadores, ya sean del sector privado o del sector público. Se trata del vocablo “colaborador”, que últimamente se ha difundido de boca en boca y en los medios de comunicación como si fuera un sinónimo de trabajador o empleado. Se emplean expresiones como “el colaborador del mes” (trabajador del mes) y los “colaboradores” de tal empresa ayudaron a resolver el problema.
La expresión “colaborador” tuvo su auge durante la Segunda Guerra Mundial cuando los gobiernos colaboracionistas de Europa ayudaron a los nazis no solo a deportar a judíos como una raza indeseable, sino que contribuyeron a masacrarlos.
Pero ahora, en pleno siglo XXI, ¿cómo puede entenderse que un “colaborador” es un trabajador cuando son dos conceptos antagónicos? El primero realiza actividades por las cuales no recibe salario y tampoco tiene relación de subordinación o dependencia respecto de una persona o empresa, mientras que el segundo sí. Además, el Código de Trabajo tipifica claramente el papel que desempeña el trabajador en general. Es más, en las leyes no se define “colaborador”.
¿Será que como estamos en época de reformas legislativas se tratará de cambiar el Código de Trabajo por el Código del Colaborador?
El Código de Trabajo señala: “Artículo 4: Trabajador es toda persona natural que preste a otra u otras, natural o jurídica, servicios materiales, intelectuales o de ambos géneros, mediante el pago de una remuneración y en virtud de un contrato o relación de trabajo”.
Se entiende, entonces, que es una persona retribuida, que recibe un salario y no una que, “quizás”, solo le den las gracias por el servicio prestado.
Por último, el periodista tico Albino Vargas Barrantes, en un artículo “Colaborador vs. Trabajador”, publicado el 24 de octubre de 2017 en opinion@laprensalibre.cr, afirma que es una “moda corporativo-empresarial de sustituir el vocablo-concepto “trabajador” por la palabra “colaborador” para designar a la fuerza laboral asalariada, cuyo profundo contenido político-ideológico que puede tener varias perspectivas de análisis.
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