Las mujeres campesinas se preparan para cosechar más de 900 quintales de este rubro agrícola.
En la provincia de Coclé en un pueblo llamado Don Juan, hay un grupo de ocho mujeres decididas a combatir la pobreza que merodea su entorno con todo lo que tienen a su favor: sus tierras y la capacidad que tienen de hacerla producir.
El fruto de su trabajo ya se puede visualizar. Más de 30 mil plantas de cebollas están creciendo en “Tierra Linda”, la huerta donde estas mujeres se labran un destino con piqueta, azadón, coa y mucho esfuerzo.
Este grupo de jornaleras, se preparan para cosechar más de 900 quintales de cebollas a través de un proyecto autosostenible que coordina la Dirección de Inversión para el Desarrollo del Capital Social del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
Esta cosecha (la segunda del año) le generará ingresos por más de 5 mil dólares y le permitirá a Cecilia Rodríguez y sus compañeras fortalecer las bases de su emprendimiento que ya tiene un poco más de un año.
En estas parcelas, conocidas como “Escuelas Campo”, hay mucho trabajo y sacrificio depositado. En las últimas semanas estas agricultoras que pertenecen al programa de Redes de Oportunidades y Ángel Guardián del Mides han trabajado todos los días en horario extendido.
Se internan en las parcelas muy temprano y salen en la tarde con las botas enlodadas, con las manos cenizas, con las caras marcadas el sol, pero con la esperanza que este pedazo de tierra (de una hectárea) las sacará a flote. En la primera cosecha recolectaron 80 quintales y percibieron ingresos por mil balboas que la animaron a seguir produciendo.
Pero mucho antes que inicie la cosecha prevista para enero de 2022, estas mujeres han logrado algo increíble: vender toda la producción, demostrando así que están preparadas para cosas grandes.
Para Cecilia, “Tierra Linda” flamea esperanza. Y tiene como sustentarlo. En el último año han cosechado más de 350 mazorcas de maíz; 30 libras de pimentón; 20 libras de zanahoria; 80 libras de tomate; 30 cabezas de plátano; 300 libras de ají; 30 libras de habichuelas y recientemente lograron recolectar más de 5 quintales de arroz orgánico.
A Cecilia de 54 años la acompañan María Guevara y Ana Guevara de 39 y 24 años, respectivamente, ambas madres de hijos con discapacidad severa que han encontrado en “Tierra Linda” una fuente de empleo, que les permite alternar los trabajos de la huerta con la atención que deben brindarles a sus hijos.
Este proyecto se desarrolla en el corregimiento Las Huacas, que presenta un índice de pobreza multidimensional del 88.3%, de acuerdo con el IPM-C, elaborado por la Secretaría Técnica del Gabinete Social del Mides.
En Coclé cada año el Mides a través de los programas de transferencias monetarias condicionadas invierte más de 15 millones de balboas para que 18 mil panameños (as) de escasos recursos tengan acceso a alimentos y medicamentos y la oportunidad de desarrollar proyectos autosostenibles.
En este corregimiento, ubicado en el distrito de Natá y que pertenece al Plan Colmena, no hay empresas, fábricas o comercios que generen puesto de empleo. Por ello, “Tierra Linda” es una flor en el desierto, un toque verde amigable con el medio ambiente en un sector que subsiste principalmente a base de la ganadería.
Cecilia relató que aplicaron la técnica de trasplante. La cual consistió en el establecimiento de la semilla en invernaderos para posteriormente hacer las plantaciones a suelo abierto. La cebolla se trasplanta después de unos 40-50 días. El momento óptimo para el trasplante es cuando la planta tiene un promedio de 5 hojas y grosor similar al de un lápiz.
Pero antes de realizar el trasplante Cecilia y sus compañeras araron el terreno con un motocultor y realizaron una pre-selección de las plantas que les permitió sembrar las más fuertes.
La parcela de cebolla se alimenta de un sistema de riego que el Banco Mundial les donó y que garantiza que la cebolla tenga toda el agua que requiere para lograr el tamaño y peso indicado. Lo destacado es que este proyecto se apalanca por diversas instituciones como el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (Idiap) y el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh).
Las mujeres rurales y su aporte a la seguridad alimentaria
El trabajo que desarrolla las mujeres rurales pone de relieve el papel esencial que desempeñan en los sistemas alimentarios que garantizan comida para los pobladores de las áreas de difícil acceso, destacó la ministra del Mides, María Inés Castillo.
La titular de la cartera social valoró el esfuerzo y la dedicación que realizan estas mujeres que día a día salen de sus casas a realizar su oficio; hacer producir la tierra. Y agregó que estos proyectos cuentan con el respaldo del Gobierno Nacional que está invirtiendo recursos, tecnología y asesoría técnica para que cada uno de estos proyectos sean rentables y autosuficiente.
Prueba de ello es que las 22 “Escuelas Campos” que operan en la provincia les están permitiendo a más de 400 familias de comunidades vulnerables abordar la agricultura de subsistencia con técnicas agrícolas, que garantizan altos rendimientos en espacios pequeños.
Mientras que en todo el país existen más de 200 escuelas, donde más de 6 mil mujeres están aprendiendo a producir su comida en sus propios entornos.
Castillo indicó que detrás de cada rostro hay una historia de superación de éxito que demuestra el liderazgo que le imprime las mujeres al desarrollo de la seguridad alimentaria del país.
Recordó que estos proyectos le están enseñando a las mujeres que se puede migrar del asistencialismo a esa movilidad social que le hace bien al país.
Onelia Peralta, directora de Inversión para el Desarrollo del Capital Social del Mides, explicó que las “Escuelas Campos” están entrando con fuerzas en regiones como la comarca Ngäbe-Buglé, donde operan más de 150 en corregimientos con altos índices de pobreza.
Polidoro Pinzón, coordinador de proyectos de Inversión Social del Mides de Coclé, recordó que el Gobierno Nacional con las “Escuelas Campo” está volteando su mirada a las áreas de difícil acceso, donde se concentran un gran número de panameños que requieren de la asistencia estatal para mejorar su calidad de vida.
La cebolla es la segunda hortaliza más importante del mundo, por detrás del tomate. Su producción a nivel mundial asciende hasta casi los 75 millones de toneladas.