El periodismo es una profesión que entraña mucha responsabilidad social y que requiere preparación académica que ofrecen muchas universidades estatales y privadas.
La práctica del periodismo en los Estados contemporáneos es una profesión que exige conocimientos adecuados para asegurar el respeto, sobre todo, por la lengua materna, que todavía sufre lo indecible de parte de muchos “periodistas”, que la emplean descuidadamente.
El periodismo es una profesión que entraña mucha responsabilidad social y que requiere preparación académica que ofrecen muchas universidades estatales y privadas. Todo el que desee practicar esta profesión deberá asistir a cualquier universidad que ofrece estos estudios y graduarse. Muchos empiezan a estudiar y después de algunos años abandonan las aulas porque les ofrecen trabajo en algunos medios que los acogen sin ni siquiera someterlos a un examen somero para probar sus conocimientos.
Muchos medios de comunicación, en vez de enseriarse y exigir requisitos mínimos, lo que hacen es relajar la profesión y por eso ofrecen productos malos que la sociedad tiene que tragarse obligatoriamente. Bueno, si quiere, porque puede optar por otras soluciones menos aberrantes
Los medios de comunicación desempeñan una función vital en la conservación de las lenguas en todo el mundo. No en vano el gramático Manuel Seco, en la advertencia preliminar del Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (1989, xi), afirma que la dirección impuesta a la lengua está en manos de los escritores más leídos, entre ellos, los periodistas. Agregamos nosotros: Si los periodistas son los escritores más leídos, entonces deben esmerarse en brindar una mejor labor educativa.
Las sociedades de todo el mundo se encuentran prácticamente a merced de los medios, que imponen modas lingüísticas, sean beneficiosas o no, para la vida de los idiomas, y que la mayoría de las personas adopta sin preocupación alguna. En palabras de Luka Brajnovic (1969, 32-33), los medios de comunicación participan poderosamente, con intención o sin ella, en la formación de miles de personas.
Al parecer, el progreso técnico de la comunicación en el mundo no va aparejado con el desarrollo y conservación de las lenguas, sino que, como dice Malmberg (1971: 14), ha planteado nuevos problemas, no sólo para el estudio de la comunicación en sí misma, sino también, y de manera muy particular, para el principal medio de comunicación del ser humano: el lenguaje.
Con lo anterior no queremos denigrar a los actuales periodistas, pero sí aconsejarlos a tener más cuidado en sus mensajes y tratar de mostrar más respeto por su lengua materna y solo usar los neologismos cuando tengan la necesidad y dejar de afear el lenguaje con palabras altisonantes.