Colombia recibió un pedido de Estados Unidos para que le entregue a “Otoniel”, el poderoso narco capturado en octubre, tras lo cual solo espera la autorización judicial que haga efectiva su extradición, dijo este jueves el presidente Iván Duque.
“Ya el gobierno nacional ha recibido formalmente la solicitud de extradición de alias ‘Otoniel’ por parte de los Estados Unidos” y fue puesta “a disposición de la Corte Suprema de Justicia”, dijo Duque a medios.
Desde la captura de Darío Antonio Úsuga, el verdadero nombre del jefe narco, el presidente ha manifestado su interés en que sea juzgado en Estados Unidos. Cortes de Miami y Nueva York lo requieren por narcotráfico.
El gobierno colombiano espera “darle total celeridad a ese trámite y que se pueda proceder con la extradición de este peligroso delincuente”, agregó Duque.
“Otoniel” lideraba al denominado Clan del Golfo, el grupo que controla el 30% de la producción de cocaína de Colombia (unas 300 toneladas), el mayor productor de esa droga del mundo, según autoridades.
Su red criminal se extiende a 28 países donde opera en alianza con mafias mexicanas.
En 2017, el capo de 50 años había anunciado su intención de negociar su sometimiento a la justicia, pero la negociación se cayó y Úsuga siguió delinquiendo hasta congregar a miles de hombres en su propio ejército.
Las autoridades le respondieron con una feroz persecución en la selva cercana a Panamá, donde fue arrestado el 23 de octubre.
El centro de estudios independiente Indepaz estima su pie de fuerza en 1.600 hombres. Las autoridades calculan que ascendería 3.800 integrantes entre combatientes y colaboradores.
Recluido en una cárcel de Bogotá, “Otoniel” se expone a una condena de hasta 30 años, según expertos consultados por la AFP.
La justicia colombiana también lo requiere por homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores y secuestro, entre otros delitos que habría cometió cuando fue guerrillero y paramilitar antes de convertirse en el narco más buscado del país.
Si finalmente es condenado en Estados Unidos, deberá pagar luego por sus crímenes en Colombia.
Pese a que Estados Unidos ha apoyado a Colombia en casi medio siglo de lucha contra las drogas, el país aún sufre la violencia que patrocina ese negocio ilegal, que deja miles de víctimas.
Varios cabecillas del narco han sido extraditados y condenados en Estados Unidos desde los años 1900, sin que eso haya significado el fin de las mafias.