La Casa Blanca informó en un comunicado de la llamada telefónica entre ambos dirigentes, que hablaron sobre cómo trabajar juntos en una “amplia gama de desafíos globales”, incluida “la escalada de fuerzas de Rusia que rodean Ucrania”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abordó la movilización de tropas rusas en la frontera con Ucrania en su primera conversación telefónica con Olaf Scholz desde que se convirtió en el nuevo canciller de Alemania.
La Casa Blanca informó en un comunicado de la llamada telefónica entre ambos dirigentes, que hablaron sobre cómo trabajar juntos en una “amplia gama de desafíos globales”, incluida “la escalada de fuerzas de Rusia que rodean Ucrania”.
También conversaron sobre sus “esfuerzos continuados” para acabar con la pandemia de la covid-19 y sobre cómo contrarrestar la “amenaza” que supone el cambio climático.
Se trata de la primera llamada telefónica entre ambos líderes desde que Scholz asumió el cargo como nuevo canciller el 8 de diciembre.
En la llamada, Biden aprovechó para felicitarle por su nombramiento y la formación de una coalición con los socialdemócratas, verdes y liberales.
Asimismo, el mandatario estadounidense reafirmó su apoyo a una relación “robusta” entre Washington y Berlín y expresó su deseo de “fortalecer más esa relación transatlántica de cooperación en los próximos años”.
Washington y Kiev creen que Rusia prepara una incursión en territorio ucraniano que podría producirse a principios de 2022, y que por eso ha desplegado a entre 70.000 y 94.000 soldados rusos en su frontera con el país vecino, según estimaciones de la inteligencia estadounidense y de Ucrania.
Scholz, que este viernes estuvo en París, ha reafirmado la necesidad de garantizar la inviolabilidad de la frontera de Ucrania ante la amenaza de una invasión rusa.
El sucesor de Angela Merkel, canciller entre 2005 y 2021, también ha apostado por continuar las negociaciones en el llamado “formato de Normandía”, en el que Ucrania, Rusia, Francia y Alemania tratan de encontrar una salida a la crisis en el este de Ucrania, controlado por separatistas prorrusos.