Cientos de indígenas guatemaltecos desafiaron un estado de sitio y bloquearon una carretera este martes, por segundo día consecutivo, para exigir una solución a un añejo conflicto limítrofe entre dos municipios que el fin de semana provocó la masacre de trece personas.
Con piedras, neumáticos, ramas de árboles y bloques de concreto, los manifestantes del municipio de Santa Catarina Ixtahuacán cerraron la carretera Interamericana en el km 170, al oeste del país.
En ese mismo sitio el lunes manifestantes y familiares velaron a once de las víctimas, cuyos ataúdes yacieron en hilera durante horas sobre la carretera, en medio de un altar con flores, velas, humo de incienso y fotografías de los 13 niños, mujeres y ancianos asesinados.
“La población quiere paz y tranquilidad y una solución inmediata, porque lo que se está solicitando es únicamente el límite” con el municipio vecino de Nahualá, dijo a la AFP el líder comunitario Francisco Tambriz, de 51 años.
Santa Catarina Ixtahuacán y Nahualá mantienen un conflicto que data desde hace más de un siglo por los límites entre ambos pueblos de la misma etnia maya, una disputa que ha generado varios episodios de violencia.
La noche del sábado, la policía informó del asesinato de 13 personas, incluidos tres niños que eran hermanos, la localización de un camión semiquemado y una patrulla con perforaciones de bala en la aldea Chiquix, en Nahualá.
Las víctimas, originarias de Santa Catarina Ixtahuacán, que se dirigían a recolectar maíz, fueron blanco de una emboscada perpetrada por hombres armados. Tres hombres presuntamente responsables por la matanza han sido detenidos.
El ataque llevó al presidente Alejandro Giammattei a decretar desde el lunes y por 30 días un estado de sitio que restringe derechos constitucionales como las manifestaciones y el uso de armas en las dos comunidades indígenas.
“Santa Catarina (Ixtahuacán) está llorando sangre”, agregó Tambriz, al indicar que una comisión de pobladores viajó a la capital para reunirse con autoridades del Ministerio del Interior para intentar definir un proceso que defina los límites.
En mayo del año pasado, tras una nueva escalada de violencia en la zona, Giammattei implementó un estado de sitio e instaló una mesa de diálogo, pero vecinos de Santa Catarina Ixtahuacán la califican como un “fracaso”.
“Ya no queremos más muertos, ya no queremos más violencia. Estamos buscando la paz y la justicia”, añadió frente al bloqueo un anciano que solo se identificó como Diego.
Las comunidades indígenas, muchas de las cuales viven en condiciones de pobreza, representan más de 40% de los 17 millones de habitantes de Guatemala.