Miles de personas se congregaron en las aceras de Madrid para contemplar las carrozas con los pajes y sus majestades de Oriente, decoradas con los regalos que Melchor, Gaspar y Baltasar dejarían por la noche en las casas de los niños.
Niños y padres madrileños volvieron a recibir ayer miércoles a los Reyes Magos en la tradicional cabalgata por las calles de la capital española, que el año anterior se celebró en un formato reducido y sin público.
Miles de personas se congregaron en las aceras de Madrid para contemplar las carrozas con los pajes y sus majestades de Oriente, decoradas con los regalos que Melchor, Gaspar y Baltasar dejarían por la noche en las casas de los niños.
El ayuntamiento de la capital había tratado de limitar la asistencia a 7.000 espectadores que habían obtenido unas entradas gratuitas en línea, pero mucho más acudieron a ver el desfile de tres kilómetros a pesar de intervalos de intensa lluvia.
A diferencia de años pasados, los pajes reales no lanzaron caramelos para los niños en un intento de evitar que los espectadores se juntaran demasiado para recogerlos.
En 2021, Madrid organizó una ceremonia televisada para recibir a los Reyes Magos en la que no se permitió el acceso al público.
En Barcelona, las majestades de Oriente llegaron en barco al puerto de la ciudad mediterránea, pero no fueron recibidos por multitudes. Y en San Sebastián (norte), se celebró un desfile más largo de lo previsto para dispersar mejor a los asistentes.
Estas celebraciones se producen en medio de una fuerte ola de contagios en España, con cifras de contagios diarios superiores a los 100.000 casos por la irrupción de la variante ómicron.