Estos repollos se cultivan con abono orgánico elaborado a partir de gallinaza, material orgánico, melaza, hongos, microorganismos como la trichoderma, estiércol, jugo de caña, maíz germinado, entre otros. Evitando así daños al medio ambiente.
En las apartadas comunidades de Tavidal y Quije Arriba en la provincia de Coclé, se consume un repollo orgánico, libre de pesticidas y químicos que se sirve en deliciosas ensaladas.
Quienes lo producen son mujeres rurales del programa Red de Familias del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), que han logrado cosechar más de 500 plantas del repollo en parcelas donde, además, han podido cultivar zanahorias, zapallos, pepinos, maíz y otros rubros que tradicionalmente no se cosechan en la región.
La producción la han logrado en pequeñas parcelas que se han convertido en un fortín donde estas mujeres combaten la pobreza con rastrillo, azadón, machete y mucho trabajo. El proyecto agrícola se desarrolla mediante el programa Red de Familias Productivas, que beneficia a más de 50 familias.
Estos repollos se cultivan con abono orgánico elaborado a partir de gallinaza, material orgánico, melaza, hongos, microorganismos como la trichoderma, estiércol, jugo de caña, maíz germinado, entre otros. Evitando así daños al medio ambiente, como la quema de bosques y la tala de árboles que realizan para la siembra tradicional.
Sólo en la provincia de Coclé los proyectos de inclusión productiva del MIDES benefician a 420 familias en nueve corregimientos y 22 comunidades.
Angélica María Ovalle de 45 años ha logrado convertir su parcela de mil metros en un emprendimiento sostenible. Además del repollo ha cosechado 20 libras de pepino, 15 libras de zanahoria, una media docena de zapallo y 200 mazorcas de maíz.
Mientras que en la comunidad de Quije Arriba Josefina Barrios demuestra que labrar la tierra brinda resultados. En sus parcelas crecen repollos frescos que se vende a 50 centésimos la libra y que los residentes lo consumen como pan caliente.
Con la ayuda de técnicos certificados María y Josefina han logrado obtener altos rendimientos en espacios pequeños. Pero lo más importantes que han creado una economía doméstica en sus comunidades que las ayuda a llevar comida a sus hogares.
“Los residentes de la comunidad ya consumen el repollo local. Tiene mucha aceptación y eso nos motiva a seguir trabajando; estamos muy contentos de ser parte de un proyecto que nos permite llevar comida a nuestros hogares”, indicó Ovalle.
Tres veces a la semana, María y Josefina se internan en sus parcelas para hacer trabajo de limpieza. Es una labor ardua, por eso se calzan botas de caucho y se cubren con sombreros para cobijarse del sol y la lluvia.
Estos proyectos han surgido en regiones vulnerables como el corregimiento de Chiriguí Arriba y Las Huacas, en los distritos de Penonomé y Natá, que presentan un índice de pobreza multidimensional del 79% y 88.3%, respectivamente, de acuerdo al IPM-C elaborado por el Gabinete Social del MIDES que analiza científicamente los niveles de pobreza del país.
Las mujeres rurales fomentan la protección alimentaria
La ministra del MIDES, María Inés Castillo, explicó que la Red de Familias promueve el empoderamiento de las mujeres rurales, al capacitarse para que sean productoras certificadas.
Se impulsa así esa movilidad social que le permitirá migrar del asistencialismo a proyectos sostenibles.
La titular de la cartera social indicó que estos emprendimientos han demostrado que los Programas de Transferencia Monetaria Condicionada (PTMC) van más allá de la entrega de un subsidio, porque les permite a los beneficiarios acceder a una serie de programas que los ayuda a salir de la pobreza y desarrollar una actividad con todo el respaldo técnico del gobierno nacional.
Castillo explicó, que los programas de Redes de Familia y Cohesión Social benefician a más de 6 mil familias, de las que 4 mil 130 familias forman parte de los Programas de Transferencias Condicionadas.
Estos proyectos recibieron en el 2021 una inversión de 1.7 millones de balboas y se instalaron con éxito en 10 provincias y 3 comarcas del país, con atención a 44 distritos y 115 corregimientos.
Polidoro Pinzón, coordinador del proyecto de Inversión Social del MIDES en Coclé, adelantó que los beneficiarios reciben asesoría técnica, insumos, herramientas y un capital semilla que les garantiza la sostenibilidad de los proyectos.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las mujeres producen entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos de los países en desarrollo y la mitad de los de todo el mundo.