Putin y Hitler tienen similitudes, aunque sus países fueron antagónicos en la Segunda Guerra Mundial. Pero sus actuaciones son parecidas, y como a Hitler, tendrá que pagar por sus ofensas al mundo civilizado y pacífico.
Los conflictos bélicos, como el de Ucrania-Rusia en esta época, solo traerán la pérdida sin misericordia de millones de seres humanos y la destrucción de todos los avances de la humanidad, como ocurrió con la Biblioteca de Alejandría, fundada por Alejandro Magno de Macedonia, con el propósito de compilar todas las obras del ingenio humano de todas las épocas y todos los países.
Ahora, con millones de habitantes y todos los adelantos tecnológicos, médicos e industriales de que goza el mundo actualmente, la destrucción sería el final, si se convierte en la Tercera Guerra Mundial.
En el conflicto, Rusia saldrá con la peor parte porque tiene no solo a sus propios conciudadanos en su contra por invadir a Ucrania, sino a todos los países democráticos, entre ellos a casi todos los de Latinoamérica y la Unión Europea y los miembros de la OTAN, y las sanciones económicas que le costará pérdidas irreparables y hasta la ruina.
Existen grandes compañías, industriales, negocios, bancos y otros intereses en Rusia que no soportarán una embestida de las sanciones económicas y le pedirán cuentas a Putin, porque él es autor de esa canallada que no tiene nombre ni apellido.
Putin quiere quedar en la historia como el salvador de dos regiones independentistas de Ucrania, cuyos habitantes son en su mayoría rusos y que, según él, han sufrido genocidio de parte de los ucranianos y nazistas.
Pero, ¿quién es el nazista aquí? Putin ha olvidado la táctica utilizada por Hitler, quien prometía que no invadiría Polonia, pero ya ven qué ocurrió. Al igual qué él, quien negó estar planeando que atacaría a Ucrania, pero lo hizo. Más pudieron sus ganas de aterrorizar a ese país, al cual dejó sin defensas al quitarles las armas, y aparecer en la historia como el gran héroe.
Putin y Hitler tienen similitudes, aunque sus países fueron antagónicos en la Segunda Guerra Mundial. Pero sus actuaciones son parecidas, y como a Hitler, tendrá que pagar por sus ofensas al mundo civilizado y pacífico. Lo cierto es que todos los tiranos parecen no haber tomado en sus manos un libro de historia para aprender sobre el destino fatal de quienes subyugan a sus pueblos.