La prensa austríaca reveló el jueves la existencia de joyas donadas por el presidente ruso, Vladimir Putin, a una exministra nombrada por la extrema derecha en 2017, bienes que ahora están en las arcas de Austria.
Estos pendientes de oro blanco adornados con zafiros, cuyo valor es estimado en 55.000 dólares, habían sido donados a Karin Kneissl como agradecimiento por la invitación a su boda en agosto de 2018, según el diario Kronen Zeitung.
Designada por el partido de extrema derecha FPÖ para dirigir la diplomacia austríaca -donde permaneció entre diciembre de 2017 y mayo de 2019-, Kneissl invitó a Putin a su boda mientras su país ocupaba la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE).
Los medios de comunicación cercanos al Kremlin publicaron imágenes que dieron la vuelta al mundo de la novia bailando con el presidente ruso, a la que hizo una reverencia.
Las joyas en cuestión se encuentran ahora en las reservas del Estado austriaco, que las recuperó en febrero de 2020, indicó a la AFP un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
En un primer momento, “un acuerdo de préstamo se había concluido con Kneissl en noviembre de 2019”, pero luego la exministra “anunció que no podría cumplir las condiciones del contrato” y devolvió las joyas.
Tras su salida del gobierno, Kneissl fue nombrada en junio de 2021 para el consejo de administración del gigante petrolero ruso Rosneft, uniéndose al excanciller alemán Gerhard Schröder.
Ambos se niegan a abandonar sus funciones a pesar de la invasión de Rusia en Ucrania, a diferencia de otros antiguos dirigentes europeos, como el francés François Fillon o el italiano Matteo Renzi, que dimitieron de empresas rusas.
La antigua responsable austríaca, mencionada explícitamente en un informe del Parlamento Europeo como ejemplo de la injerencia del Kremlin en la UE, se mudó a Francia en septiembre de 2020.
En una respuesta a la AFP, confirmó que estos regalos eran “propiedad de la República desde agosto de 2018, como lo exige la ley”.