El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, anunció este viernes una estrategia de prevención de conflictos de diez años que llevará a cabo en Haití y otros países, casi todos africanos, para promover la estabilidad.
Esta estrategia se implementará “a través de la acción colectiva y la asociación” y se sustenta en la Ley Global de Fragilidad aprobada por el Congreso.
Estados Unidos se asociará con Haití, Libia, Mozambique, Papúa Nueva Guinea y la costa occidental de África (Benín, Costa de Marfil, Ghana, Guinea y Togo) para “prevenir conflictos, fomentar la resiliencia y la estabilidad y promover el desarrollo económico”, anunció la Casa Blanca en un comunicado.
Sin un parlamento funcional desde hace dos años y con un poder judicial paralizado, Haití, el país más pobre del Caribe, se hunde en una crisis de gobernanza. El creciente control de las pandillas lastra las esperanzas de una mejora de las condiciones de vida para la población, víctima de secuestros cometidos a diario por bandas armadas.
Para la Casa Blanca es “más necesario que nunca” prevenir y estabilizar conflictos, pero también “mirar más allá de las crisis urgentes y las necesidades a corto plazo” para centrarse en objetivos estratégicos a través de planes decenales de todo el gobierno.
El gobierno estadounidense afirma que se enfocará en fortalecer las instituciones democráticas “por ejemplo, en las áreas del estado de derecho, anticorrupción, aplicación de la ley y transparencia fiscal” y en promover los derechos humanos y la igualdad de género.
El Congreso de Estados Unidos autorizó hasta 200 millones de dólares anuales para este tipo de esfuerzos y asignó 125 millones de dólares en el año fiscal 2022 para el Fondo de Prevención y Estabilización.
El Departamento de Estado liderará esta estrategia gubernamental, en estrecha colaboración con los gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil en el país.
La gobernabilidad democrática y el respeto por los derechos humanos “están cada vez más amenazados a medida que los extremistas violentos y los practicantes de la opresión afirman su voluntad autoritaria a través de la coerción y la violencia”, afirma en otro comunicado el secretario de Estado Antony Blinken, quien asegura que la nueva estrategia combatirá “estas tendencias globales negativas”.