Productores agrícolas de Cuba y EE.UU. discuten desde este miércoles en La Habana fórmulas para impulsar la cooperación bilateral en ese sector, en momentos de un grave desabastecimiento y escasez de alimentos en la isla caribeña.
El representante de la Coalición Agrícola de EE.UU. Paul Johnson identificó a la agricultura como uno de los sectores más importantes dentro de las relaciones entre los dos países, aunque reconoció que es necesario “hacer más”.
Al intervenir en el primer día de la III Conferencia Agrícola Cuba-EE.UU., el empresario estadounidense comentó que el embargo económico “limita el comercio entre los dos países de manera muy significativa por lo que debemos buscar maneras para eliminar las barreras”.
Si el embargo contra Cuba, vigente desde 1962, no existiera, el intercambio agrícola mutuo rondaría los 1.000 millones de dólares anuales en comparación con los 250 millones actuales, según la Asociación Nacional de Departamentos Estatales de Agricultura de EE.UU.
A su vez, el Departamento estadounidense de Agricultura indicó que solo en 2021 el país norteamericano duplicó sus exportaciones de pollo a Cuba, que ascendieron a los 253 millones de dólares.
El país caribeño sufre un desabastecimiento crónico desde hace décadas, donde es usual que escaseen de manera cíclica alimentos como la leche en polvo, los huevos, el aceite, el pan, la harina de trigo y el pollo, entre otros.
La isla (11,2 millones de habitantes) importa cerca del 70 % de los alimentos que consume.
El Estado cubano mantiene desde hace más de 50 años una cartilla de racionamiento subvencionada, que aunque ha visto muy menguada su lista de productos, todavía incluye la venta de arroz, granos, azúcar, 80 gramos de pan diarios por persona y 10 huevos al mes a precios simbólicos.
Esta canasta básica siempre ha sido prioridad del Gobierno cubano, incluso en medio de la escasez, pero su reducido contenido obliga a los cubanos a comprar la mayoría de sus alimentos en la red estatal de tiendas de oferta y demanda, a precios mayores y con una limitada variedad de productos.
El representante del Ministerio de Agricultura de Cuba (Minag) Frank Castañeda afirmó en el encuentro de este martes que el Gobierno impulsa transformaciones “para dinamizar la producción de alimentos” y mencionó como retos la falta de tecnología, fertilizantes e insumos.
El programa gubernamental, a la espera de convertirse en ley, pretende producir “alimentos de calidad” y elevar la producción con la participación de “todos los sectores”, en referencia a la incipiente iniciativa privada, fruto de las reformas económicas.
El asesor del Gobierno cubano para implementar esta normativa, el intelectual brasileño Frei Betto, aseguró en febrero en La Habana que “en Cuba no hay hambre, pero hay riesgo de inseguridad alimentaria”.