Las cadenas de suministro mundiales se adaptaron rápidamente al nuevo entorno creado por la pandemia de la covid-19, sostuvo este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI), que alentó a los países a no encerrarse en sí mismos y a seguir confiando en el comercio global.
En un informe titulado “Comercio mundial y cadenas de valor durante la pandemia”, la organización financiera internacional recordó que muchos pronósticos apuntaban a que los fuertes choques de oferta y demanda desatados por la covid-19 “hundirían de forma dramática” el comercio.
Sin embargo, sus efectos “duraron poco tiempo”, lo que—a juicio del FMI— demuestra que las cadenas de suministros globales son resistentes y que el complejo entramado comercial actual tiene más fortaleza para hacer frente a este tipo de choques que modelos pasados, en los que cada economía dependía más de sí misma.
Con esta afirmación, el FMI contradice las tesis de políticos y economistas de todo el mundo que llevan meses culpando de la elevadísima inflación que se vive en gran parte del planeta a las interrupciones en el comercio global .
Según esta versión —defendida durante meses, por ejemplo, por el Gobierno estadounidense que preside Joe Biden—, los problemas en la cadena de suministros por la pandemia han generado una escasez de productos que está contribuyendo fundamentalmente al aumento de precios —hasta el inicio de la guerra en Ucrania—.
Durante las últimas semanas, algunos de los fenómenos que más dificultaban que estas cadenas funcionaran con normalidad —como por ejemplo los atascos en puertos de mercancías de EE.UU.— han empezado a mitigar, pero por el momento esto aún no se ha reflejado en una caída de precios, sino que la inflación permanece desbocada en EE.UU., América Latina y Europa.
Por otro lado, el Fondo consideró que los países deben diversificar sus relaciones comerciales para que en momentos de crisis como los vividos no haya altas dependencias de un solo mercado.
“Las interrupciones causadas por la pandemia hicieron que aumentaran los llamamientos a relocalizar la producción en cada país. Pero desmantelar las cadenas de valor globales no es la respuesta, sino que es precisamente una mayor diversificación lo que mejora la resistencia”, apuntaron desde el FMI.
El Fondo reconoció que la compra-venta internacional de bienes cayó drásticamente en el segundo trimestre de 2020, pero apuntó que se recuperó a niveles previos a la pandemia ese mismo año.
Uno de los hallazgos destacados del estudio elaborado por el FMI fue que los países cuyos socios comerciales impusieron confinamientos más estrictos vieron las mayores caídas en la importación de bienes.
Hasta el 60 % de la reducción de las importaciones durante la primera mitad de 2020 fue consecuencia de los paros de la actividad en socios comerciales, indicaron.
Este impacto fue aún mayor en el caso de industrias que dependen mucho de las cadenas de valor globales y que se encuentran en las últimas etapas del proceso productivo, como por ejemplo los aparatos de electrónica.
Según apuntó el Fondo, los países asiáticos, que fueron los primeros en verse impactados por la covid-19 —pero también los primeros en contenerla—, aumentaron su cuota de importaciones a Europa en 4,6 puntos porcentuales y a América del Norte en 2,3 puntos porcentuales.
“Estas ganancias fueron grandes y rápidas desde una perspectiva histórica, pero a medida que los países se ajustaban a la pandemia, desaparecieron parcialmente. Ello sugiere que se trató de cambios temporales”, indicaron desde el FMI.
Los autores del informe también apuntaron que los actuales confinamientos en China (en ciudades como Shanghái) son un recordatorio de que las restricciones por la pandemia siguen teniendo un impacto más allá del país afectado y que, por tanto, interesa al conjunto del planeta expandir la vacunación.
“Garantizar el acceso equitativo a las vacunas y tratamientos contra la covid-19 debe seguir siendo la primera prioridad”, aseguraron.