Antes de la llegada de COVID-19, las vacunas evitaban hasta tres millones de muertes al año. Según la OPS, estas salvan más de cinco vidas cada minuto. El 65% de la población mundial ha recibido, mínimo, una dosis de vacuna contra coronavirus.
En el marco de la celebración de la Semana Mundial de Inmunización, la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma) hizo un llamado a la población a seguir confiando en la seguridad y efectividad de las vacunas, y en la necesidad de responder positivamente a los procesos de vacunación para beneficio de la salud pública.
Actualmente el 65% de la población mundial ha recibido, al menos, una dosis de una vacuna contra la COVID-19. A mediados de este mes, se habían administrado 11 480 millones de dosis en todo el mundo, y ahora se administran 10,74 millones cada día.
En Centroamérica y el Caribe, de diciembre del 2020 al 15 abril del 2022, Costa Rica ha aplicado 204 dosis de vacunas contra el virus del SARS – CoV- 2 por cada 100 personas, de las cuales 39 son refuerzos, seguido de Panamá con 182 dosis, 34 de ellas refuerzos; en tercera posición se ubica República Dominicana con 142 dosis, 21 de ellas refuerzos, y, por último, Guatemala con 91 dosis, 14 de ellas refuerzos, según datos de la Universidad de Oxford.
“Es preciso recordar que las autoridades sanitarias independientes como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), evalúan los resultados de los ensayos clínicos antes de autorizar el uso de las vacunas, por eso su seguridad es garantizada. Además, cada año la inmunización salva millones de vidas y está ampliamente reconocida como una de las intervenciones de salud más costo efectivas y de mejores resultados”, resaltó Victoria Brenes, directora ejecutiva de Fedefarma.
Fedefarma enfatiza que las vacunas salvan más de cinco vidas cada minuto, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y ya antes de la llegada de la COVID-19, habían evitado hasta tres millones de muertes al año.
En el 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el recelo ante las vacunas constituye una de las principales amenazas para la salud pública.
Las vacunas y su relación costo- efectividad
En términos económicos, la vacunación tiene una gran rentabilidad al ser una de las estrategias de prevención en salud pública más costo-efectivas, produciendo globalmente un retorno de la inversión anual de entre un 12 a un 18%, según el estudio The Economic Value of Vaccination: Why Prevention is Wealth. Además, se estima que el retorno de la inversión de los programas de inmunización para el periodo 2021 al 2030 en países de ingreso bajo y medio será entre 19.8 a 52.2 dólares por cada dólar invertido, según el estudio Return On Investment From Immunization Against 10 Pathogens In 94 Low- And Middle-Income Countries.
A su vez, de acuerdo con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, América Latina tendrá una tasa de crecimiento del 2.9% en el 2022. Esto gracias a que la distribución de vacunas contra la COVID-19 estimulan los sectores productivos que dependen de trabajos presenciales.
Mitos y verdades de las vacunas
- Existe un vínculo entre las vacunas y el autismo (MITO): No existen pruebas que demuestren vínculo alguno entre las vacunas y el autismo u otros trastornos de su espectro. Ello se ha comprobado en numerosos estudios que han incluido a un número muy alto de individuos.
- Se puede administrar más de una vacuna simultáneamente a los niños (VERDAD): Cuando se administra a un niño una vacuna múltiple (por ejemplo, contra la difteria, la tosferina y el tétano) se reduce el número de inyecciones y se le causa menos malestar. Además, se garantiza que recibe las vacunas que necesita en el momento adecuado para no exponerlo al riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales.
- Las vacunas pueden causar efectos secundarios graves (MITO) : Como todos los medicamentos, las vacunas pueden causar efectos secundarios, pero en realidad son leves —por ejemplo, fiebre baja, dolor o enrojecimiento en el lugar de inyección—, que desaparecen espontáneamente a los pocos días. Las vacunas se someten a una vigilancia continua para garantizar su inocuidad y detectar posibles efectos adversos, que son infrecuentes.
- No pasa nada si no me vacuno (MITO): Retrasar el momento de vacunarnos es correr el riesgo de enfermar gravemente. Si esperamos a hacerlo hasta arriesgarnos a exponernos a una enfermedad (por ejemplo, durante un brote), puede ser demasiado tarde para que la vacuna actúe y para recibir todas las dosis recomendadas. Si ha omitido alguna de las vacunas recomendadas para usted o su hijo, hable con su profesional de la salud para ponerse al día. Fuente: OMS.