El secretario de Estado Antony Blinken instó el jueves a competir vigorosamente con China para preservar el orden mundial existente pero indicó que Estados Unidos no busca una “Guerra Fría”.
En un discurso que era esperado como el más explícito sobre la política del presidente Joe Biden respecto a Pekín, Blinken dijo que China es “el más serio desafío de largo plazo para el orden internacional” a pesar que desde hace meses el foco de Washington está puesto en la invasión rusa de Ucrania.
“China es el único país que intenta reformular el orden internacional y cada vez más tiene el poder económico, diplomático militar y tecnológico para hacerlo”, dijo Blinken en un discurso en la Universidad George Washington.
“La visión de Pekín nos alejaría de los valores universales que tanto han sostenido el progreso del mundo en los pasados 75 años”, dijo.
“El presidente Biden cree que esta década será decisiva. Las acciones que tomemos internamente y con otros países del mundo determinará si nuestra visión del mundo se hará realidad”, afirmó.
Blinken admitió que hay un creciente consenso de que Estados Unidos no puede cambiar la trayectoria de China cuando su presidente, Xi Jinping, asume una posición cada vez más firme tanto al interior como al exterior de su país.
“De manera que deberemos dar formar al ambiente estratégico en torno a China para avanzar en nuestra visión de un sistema internacional abierto e inclusivo”, dijo Blinken.
– “No Guerra Fría” –
Sin ampulosidad retórica ni sorpresas, Blinken hizo un implícito contraste con el gobierno previo de Donald Trump que se refería en términos muy duros sobre los conflictos con China
Blinken, quien en viajes a África y América Latina buscó mitigar la influencia china en esas regiones, no pidió a los países que elijan en qué lugar de la competencia entre las potencias se ubican.
“No buscamos un conflicto o una nueva Guerra Fría. Al contrario, estamos decididos a evitar ambas cosas”, dijo Blinken.
“No buscamos bloquear China en su rol de gran potencia, ni buscamos impedir a China -u otro país- hacer crecer su economía o avanzar en beneficio de su pueblo”, dijo.
Pero señaló que la defensa del orden mundial, incluyendo el derecho internacional y acuerdos, “haría posible a todos los países, incluidos Estados Unidos y China, coexistir y cooperar”.
Funcionarios de Estados Unidos quieren trabajar con China en materia de cambio climático siendo ambos países los mayores emisores de gases que recalientan la atmósfera.
Esas áreas de colaboración generaron críticas en varias zonas de Estados Unidos en donde encuestas muestra un grave deterioro en las opiniones sobre China en los últimos años.
Estados Unido ha trabajado con China pese a acusar a Pekin de estar cometiendo un genocidio en la región de Xingiang, donde más de un millón de musulmanes uigures y otros mayormente musulmanes turcoparlantes han sido encarcelados.
– Nuevo enfoque para Asia –
Tras afirmar que China “pondrá a prueba la diplomacia estadounidenses como nunca antes”, Blinken anunció la formación de una “Casa China” en Estados Unidos para coordinar políticas en las distintas regiones.
Su discurso fue el último intento del gobierno de Biden para mostrar que presta atención a Asia a pesar de la guerra en Ucrania.
Biden visitó este mes países aliados como Japón y Corea del Sur e invitó a lideres del sureste asiático para una cumbre en Washington.
El discurso de Blinken fue pronunciado días después de que Biden agitara las aguas en Tokio al decir que Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán, una democracia autónoma reclamada por Pekín.
Blinken acusó Pekín de aumentar las tensiones con Taiwán e insistió con que Estados Unidos no cambió su política luego que el presidente Joe Biden dijera que Washington defendería a la isla.
“Nuestra política no ha cambiado. Lo que ha cambiado es la creciente coerción de Pekín, como si tratara de amputarle a Taiwán las relaciones con otros países y bloquear su participación en organizaciones internacionales”, dijo Blinken en su discurso.
Estados Unidos cambió el reconocimiento de Taipei a Pekín en 1979. Washington suministra a Taiwan armas para autodefensa mientras se mantiene deliberadamente ambiguo sobre si intervendría militarmente si la isla es invadida.