Otra contrariedad para la comunidad educativa: los niños de primero, segundo, tercer y cuarto grados no saben leer ni interpretar las lecturas. ¿Será posible que les recomiendan lecturas no aptas para sus edades?
En estos días hemos estado disfrutando de algunos clásicos del cine, entre ellos “Lo que el viento se llevó”, cuya duración es de casi cuatro horas, y es interpretada por Clark Gable y Vivien Leigh. Después de tanta guerra, muerte y pasión, la película se detiene en la mitad de la proyección, es decir, se pautó una intermisión para que el público descanse un momento.
Nosotros también necesitamos declarar una intermisión nacional para analizar todo lo que está pasando y poner punto final a los problemas, aún a los más insignificantes.
El Covid-19 sigue siendo una pandemia causante de muertes en el país, pues la gente continúa realizando actividades grupales, como bailes típicos, cuyo fruto no es otro que contagiar a más personas, lo cual, al final, derivará en más decesos innecesarios.
La educación en el país es un problema per sécula seculórum, tanto en el aspecto de las infraestructuras como en la enseñanza misma. No hay un año, y ahora más con la pandemia, que no se señale que las escuelas carecen de mantenimiento y que no se cumplen con las construcciones prometidas. Son los mismos inconvenientes año tras año y nadie le pone punto final, a pesar de contar con los presupuestos aprobados. ¿Cuándo van a dejar de engañar a los estudiantes, profesores y padres de familia? ¿Y cuándo nombrarán a un funcionario serio que responda a este descuido premeditado?
Y en cuanto a los aprendizajes, el español, las matemáticas y el inglés, sobre todo, son las materias que siempre presentan fracasos. Lo interesante es que este mal recurrente parece no ser del interés de nadie. ¿Cómo puede cualquier Gobierno vanagloriarse de que estos fracasos se dan todos los años y no buscarles solución? ¿Dónde están los profesores que imparten estas materias? ¿Estarán orgullosos de que sus estudiantes fracasen?
Ahora surge otra contrariedad para la comunidad educativa: los niños de primero, segundo, tercer y cuarto grados no saben leer ni interpretar las lecturas. ¿Será posible que les recomiendan lecturas no aptas para sus edades? Esto es inconcebible. ¿Qué están haciendo estos educadores? Alguna solución se debe encontrar, porque esto no se debe estar repitiendo per sécula seculórum.
Por último, la solución ofrecida por el Gobierno para paliar en alguna medida los aumentos constantes de los combustibles debió ser para todos los panameños y no solo para un sector, porque todos pagan impuestos. Eso sería lo más justo.