En Panamá hay grupos que están influenciados por corrientes externas, como el Foro de Sao Paulo, peligrosas para la estabilidad nacional. En la actual crisis es notorio que estos “líderes”, programáticamente, se han aprovechado del movimiento que ha hecho justas reclamaciones.
Desde hace más de dos semanas, grupos de manifestantes mantienen al país y a sus ciudadanos productivos en estado de angustia, desesperación, encerramiento, prácticamente sin la oportunidad de comprar alimentos, combustible, medicamentos, privados de llegar a un establecimiento de atención de la salud, por mencionar las necesidades más apremiantes en un hogar, y lo más desastroso, con la condena a los estudiantes que no reciben las enseñanzas en los planteles educativos.
Es verdad que los precios del combustible van en ascenso, los alimentos en general son onerosos, al igual que los medicamentos, temas que encendieron los ánimos de grupos de educadores, campesinos, pobladores de la comarca Ngäbe-Buglé y otros grupos originarios y sindicalistas, primordialmente, quienes iniciaron las protestas.
Sin embargo, los protestantes también tienen que tomar en consideración que, si cierran calles y pasos internacionales como la carretera Interamericana, dejan a los estudiantes sin recibir las enseñanzas diarias, máxime que vienen de un periodo de pandemia durante el cual las clases no fueron dictadas al cien por ciento, así que incurren en la violación de derechos humanos a terceros.
Es necesario insistir en que a los productores agropecuarios los tenemos que apoyar, porque, gracias al trabajo de ellos, preservamos nuestra seguridad alimentaria.
Asimismo, no considerar a la empresa privada como la enemiga acérrima, ya que esta, en verdad, es el nervio motor del desarrollo y la forjadora de los empleos.
Es importante tener presente que, los reclamos a las diferentes administraciones gubernamentales debieron hacerse hace tiempo y no llegar a la crisis en que nos encontramos. La democracia ofrece muchos recursos para solucionar las diferencias y el principal es el diálogo.
Definitivamente que esta situación por la cual atravesamos nos deja enseñanzas a todos. Los gobernantes tienen que escuchar a los gobernados y los gobernados no requieren convertirse en enemigos, más bien en fiscalizadores de la cosa pública y cuando se presente una actuación que va en contra de los principios democráticos, de inmediato se lo reclaman a los gobernantes.
A los ciudadanos en general, los instamos a que afinen el oído y escuchen a quienes se han alzado como los líderes salvadores del pueblo, para que vayan más allá de lo que estas personas pregonan, en vista que muchos son grandes discípulos del Foro de Sao Paulo.
¿Qué es el Foro de Sao Paulo? Es un grupo creado por trabajadores de Sao Paulo, en Brasil, en 1990, el cual reúne a los grupos y partidos políticos de izquierda de América Latina, aunque se relacionan con agrupaciones de pensamiento similar de Europa y Asia.
¿Qué ha sucedido desde 1990? Varias naciones latinoamericanas instauraron gobiernos comunistas, algunos no fueron reelegidos, pero posteriormente volvieron al poder, otros se han quedado permanentes. Venezuela, Nicaragua, Brasil, Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Perú. y El Salvador, son el resultado de las enseñanzas del Foro de Sao Paulo.
En Panamá hay grupos que están influenciados por corrientes externas, como el Foro de Sao Paulo, peligrosas para la estabilidad nacional. En la actual crisis es notorio que estos “líderes”, programáticamente, se han aprovechado del movimiento que ha hecho justas reclamaciones.