El Festival de la Pollera Congo complementa el trabajo realizado desde el año 2000 con el Festival de Congos y Diablos, que también se efectúa cada dos años, a fin de realzar los valores tradicionales y nacionales, y el turismo.
La cultura afrocolonial, sus coloridos vestuarios y tradiciones sobresalieron ayer sábado en el V Festival de la Pollera Congo celebrado en Portobelo, en la provincia de Colón, resaltando el atractivo turístico de esta localidad del caribe panameño.
El evento, que destaca el papel de la mujer negra y cimarrona en la preservación y afianzamiento de la cultura congo, desde la época de la esclavitud, reunió a unas 12 agrupaciones congos de Colón invitadas a esta festividad que se realiza cada dos años.
“Nosotros llevamos esto en la sangre, y nosotros vamos a luchar hasta lo último para que esta cultura no se pierda, porque es una cultura muy hermosa”, dijo a Efe Irma Pinilla Palma, reina de la agrupación congo “Rasgos de mi Raza Negra”.
Ataviada con su pollera, sendos collares y una gran corona de reina, Pinilla señala que no es la vestimenta, sino la “alegría y el movimiento de cintura y de cadera de la mujer”, que ya puede gritar “libertad” dejando la esclavitud atrás.
Es así que cada una de estas agrupaciones y su reina lucieron sus mejores galas dentro de lo más apegado a sus tradiciones, sobre todo las mujeres que protagonizaron el popular desfile de polleras congo.
El desfile de polleras atrajo la atención de decenas de turistas y nacionales que se dieron cita este día en esta histórica ciudad de Portobelo, de aproximadamente unos 5 mil habitantes.
La pollera congo tuvo sus orígenes entre las esclavas y mujeres de los grupos cimarrones, que se valían de retazos de telas de sus amos para confeccionar vestuarios que simulan o copian la ropa de éstos, según los historiadores.
Los hombres, por su parte, desfilan ataviados como diablos en el marco de una tradición que se origina como una mofa por parte de los cimarrones (congos) hacia los españoles que los amedrentaban con el demonio si no cumplían las ordenanzas.
Los grupos de congos y de diablos -hombres con gigantescas y elaboradas máscaras con cachos y colmillos- danzan al ritmo de la música, una mezcla de percusión y sonidos fuertes.
La actividad, que incluyó un despliegue de barcazas en la Bahía de Portobelo adornadas con flores y llamativas banderas de colores, simbolizando el arribo a las costas de los cimarrones en libertad, abrió con una Feria Gastronómica y Artesanal en la plaza central del pueblo.
El evento es organizado por el Patronato de la Pollera Congo, Máscaras y Bailes de Diablo.
El Festival de la Pollera Congo complementa el trabajo realizado desde el año 2000 con el Festival de Congos y Diablos, que también se efectúa cada dos años, a fin de realzar los valores tradicionales y nacionales, y el turismo.
“No solo es realzar los valores nacionales y tener un impacto económico a través del turismo, sino que es salvaguardar y preservar nuestras raíces”, señaló a Efe la ministra de Cultura, Giselle González, quien afirmó que hoy también es un día en que la “mujer congo celebra en grande, celebra todo su potencial” e identidad.
González indicó que hay que inculcar entre los niños ese “sentido de identidad”, responsabilidad que, destacó, “tienen estas mujeres como custodios de su cultura y de lo que ellas representan”.
Portobelo se beneficia del turismo al disponer de atracciones como las aduanas y los cañones que permanecen ahí junto con los restos de los fuertes que datan de la época colonial.
Este tipo de eventos forma parte de la estrategia de la Autoridad de Turismo de Panamá, pues no solo contribuye a mover turistas, sino que también impulsa el turismo interno, señaló a Efe por su parte el ministro de Turismo, Iván Eskildsen, y resaltó que se calcula que el Festival de Pollera Congo “mueve más de 3 mil personas”.