Las voces latinas, afroamericanas y de otras minorías étnicas cada vez suenan más fuerte en el panorama literario estadounidense con más escritores no blancos ganando presencia en las grandes editoriales, en las listas de libros más vendidos y en los eventos literarios.
“Una de las tendencias del mercado que hemos visto en los últimos años, especialmente en este último, es que se está prestando mucha más atención a los escritores de color”, cuenta a Efe Clay Smith, director creativo de la Feria Nacional del Libro de Washington.
Este sábado se celebra en la capital estadounidense este evento, con una mayoritaria presencia de escritores de color: 66 de los 117 que participan, más de la mitad, destaca Smith.
Entre ellos hay 18 de origen latino, que cargan consigo una herencia cultural que poco a poco va expandiéndose y calando en las bases de la cultura norteamericana.
Así lo asegura a Efe Ruth Behar, antropóloga, poeta y escritora especializada en literatura infantil que este sábado presenta en Washington “Tía Fortuna’s new home”, una historia inspirada en su infancia en Cuba y la relación con su tía Fanny.
“Sí hay interés y eso ha cambiado mucho”, explica la escritora estadounidense, quien recuerda a Sandra Cisneros, Gloria Anzaldúa o Julia Álvarez como las pioneras que crearon el género “hace treinta o cuarenta años”.
Ahora hay “muchos escribiendo sobre la experiencia latinoamericana” y “la cantidad de libros que se está publicando es impresionante”, agrega Behar, que llegó de La Habana a Nueva York a los cinco años y ha tenido una carrera profundamente marcada por sus raíces cubanas y judías sefardíes.
Lo mismo está pasando con los escritores afroamericanos, asegura Clay Smith, hasta el punto de que “las grandes editoriales corporativas estadounidenses como Penguin Random House o Simon & Schuster están contratando a mucha gente de color como editores y publicistas”.
Tanto Smith como Behar creen que el fuerte aumento de las obras publicadas por escritores no blancos solo tiene una explicación posible: el interés de los lectores.
De los blancos, por conocer a sus vecinos más allá de los tópicos. Y de los propios latinos o afroamericanos por saber más y enorgullecerse de sus raíces.
“La latina es una comunidad que sigue creciendo, cada vez hay más personas latinas en todos los campos, tenemos más poder y hay más reconocimiento”, asegura Behar.
Esto trae que los jóvenes quieran sumergirse en sus raíces, “aprender de su cultura y de la diversidad”, respetar su cultura y entender “que no tenemos que borrarnos para ser otra cosa, que podemos ser quienes somos”.
UNA FERIA DIVERSA
En la Feria Nacional del Libro de Washington llevan un tiempo notando este viraje hacia escuchar distintas voces gracias a las encuestas y sondeos que realizan.
“Una de las cosas que descubrimos es que las audiencias negras e hispanas realmente buscan libros que sean una celebración de sus culturas”, aunque esa celebración “se pueda interpretar de diferentes maneras”, explica Smith.
De forma literal como Julia Menéndez con su “Latinitas”, que celebra la vida de “40 grandes soñadores” como la jueza Sonia Sotomayor; o como la historiadora Kelly Little Hernández con su “Bad Mexicans”, una historia inspirada en la Revolución mexicana que “documenta y pone a los mexicanos en el centro, después de que todos los libros de texto estadounidenses hayan puesto su foco en los blancos”, dice Smith.
Ambas estarán en la edición número 22 de la Feria, uno de los eventos literarios más importantes del país, igual que Clint Smith con su libro “How the word is passed”, que navega por conceptos como la esclavitud o la supremacía blanca para entender lo que Estados Unidos dice hoy de sí mismo.
También participarán algunas de las autoras de “Blackout”, la novela juvenil protagonizada por adolescentes negros, escrita por seis mujeres de origen afroamericano.
“Lo interesante que ha pasado en los últimos años es que ves libros como “Bad Mexicans” o “How the word is passed”, que tienen una raíz muy específica en estas dos culturas de las que estamos hablando, que están en las listas de los más vendidos del New York Times. Esto no pasaba hace, por ejemplo, cuatro años”, así que “las cosas están cambiando muchísimo”, sentencia Smith.