El rey Carlos III del Reino Unido culminó este domingo una semana histórica con varias audiencias en Londres antes de emprender el lunes un viaje que le llevará a las capitales de Escocia, Irlanda del Norte y Gales.
Aunque su base está en la capital británica, el monarca de 73 años, que sucedió a Isabel II tras su muerte el pasado jueves, tiene como prioridad tender la mano a los otros territorios de su reino, donde el apoyo a la monarquía no es tan sólido como en Inglaterra.
Carlos III, que fue proclamado oficialmente el sábado, ha empezado su reinado con una agenda repleta en una semana de grandes cambios en este país, que el lunes empezó con una reina y un primer ministro y acaba con una primera ministra y un rey.
Isabel II murió el jueves 8 de septiembre a los 96 años en el castillo escocés de Balmoral, después de recibir el martes anterior a la nueva jefa del Gobierno británico, Liz Truss, quien sucedió a su colega conservador Boris Johnson.
RECEPCIÓN PARA LA COMMONWEALTH
Antes de iniciar la gira por el Reino Unido, Carlos III recibió este domingo en audiencia en el palacio de Buckingham a Patricia Scotland, la secretaria general de la Commonwealth, la organización de excolonias y protectorados de la que es líder honorífico.
Posteriormente dio una recepción a los representantes diplomáticos de algunos de los 56 países de esa Mancomunidad de Naciones, en catorce de los cuales es rey, aunque algunos, como Antigua y Barbuda, se plantean celebrar un referéndum sobre si desean mantener la monarquía.
Estuvieron presentes, entre otros, los altos comisionados o sus sustitutos de ese país caribeño, Australia, Bahamas, Belice, Canadá y Nueva Zelanda, según ha indicado el palacio.
Tras su proclamación el sábado, el rey Carlos se dio un baño de multitudes al saludar con apretones de mano a los ciudadanos que le esperaban a la entrada de Buckingham, proyectando una imagen de cercanía que podría diferenciar su reinado.
Pero a partir de ahora su agenda no deja apenas minutos libres, pues los viajes a Edimburgo, Belfast y Cardiff -que hoy lo proclamaron rey con sus respectivas ceremonias- se intercalarán con los actos de la despedida de su madre, cuyo funeral de Estado será el 19 de septiembre en Londres.
AL FRENTE DE LA PROCESIÓN
Antes de viajar a Edimburgo, Carlos III, acompañado de la reina consorte Camila, se dirigirá el lunes a los parlamentarios británicos en un evento en las Casas del Parlamento en Londres, en el que estos le expresarán sus condolencias y él intervendrá en respuesta.
Los reyes viajarán después en avión a la capital escocesa, donde él pasará revista a la Guardia de Honor en la residencia real de Holyrood antes de asistir a un servicio religioso en la catedral de St Giles en honor a Isabel II, cuyo féretro será llevado en procesión tras llegar este domingo a Edimburgo desde Balmoral.
El soberano recibirá el lunes en audiencia en Holyroodhouse a la ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, y acudirá posteriormente al Parlamento autónomo para escuchar y contestar al mensaje de condolencia de los diputados, lo que también hará en días sucesivos en Belfast y Gales.
Carlos III y su esposa Camila irán el martes a Belfast, donde recibirán a políticos norirlandeses, antes de volver a Londres el miércoles para que el rey encabece la procesión que llevará el ataúd de su madre hasta Westminster Hall, dentro del complejo del Parlamento londinense, donde se instalará durante cuatro días una capilla ardiente.
El 16 de septiembre, los reyes visitarán Gales, previo a asistir el día 19 al funeral de Estado en la londinense abadía de Westminster, al que acudirán dignatarios de todo el mundo.
Tras la ascensión al trono de Carlos, su hijo mayor, Guillermo, se ha convertido en el príncipe de Gales. En una conversación telefónica con el ministro principal galés, Mark Drakeford, el príncipe le dijo hoy que se esforzará por servir al pueblo de Gales “con humildad y gran respeto”, ha informado palacio.
Aunque al principio se informó de que Truss acompañaría a los monarcas en su gira por las naciones británicas, Downing Street, la residencia oficial de la primera ministra, ha matizado ahora que su presencia se limitará a asistir a servicios religiosos junto con otros dirigentes políticos.