Ucrania ha tomado la iniciativa en la guerra con sus contraataques en el sur y el este del país y tras cambiar la situación en el frente, después de un verano de combates posicionales en el Donbás, se prepara para continuar la ofensiva.
“Las Fuerzas Armadas de Ucrania continúan la liberación de los territorios ocupados por Rusia. Desde el comienzo de septiembre Ucrania ha recuperado el control de más de 3.000 kilómetros cuadrados”, afirmó en Facebook Valeri Zaluzhni, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas.
Según el alto militar, “en la dirección de Járkov comenzamos a avanzar no solo al sur y al este, sino hacia el norte. Quedan 50 kilómetros hasta la frontera estatal”.
ZELENSKI PROMETE UNA “RÁPIDA DESOCUPACIÓN”
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, auguró en su intervención en la 17ª reunión de la Estrategia Europea de Yalta, celebrada la víspera, una “rápida desocupación” del país este invierno ya que los rusos “están huyendo en algunas direcciones”.
“Pero para ello nuestro ejército necesita un suministro sistemático de los tipos de armas necesarios”, dijo.
Para Zelenski, “este invierno es un punto de inflexión y puede llevar a una rápida desocupación de Ucrania (…) Si fuéramos un poco más fuertes con las armas, podríamos desocupar más rápido”.
El mando ucraniano constató que “el enemigo sigue sufriendo pérdidas” tras quedar “sin medidos de apoyo y entrar en estado de pánico”.
Según el Estado mayor de Ucrania en su parte de guerra, las fuerzas rusas han sufrido grandes bajas durante los combates y mencionó que 75 efectivos heridos fueron trasladados a la región rusa de Bélgorod, cercana a la frontera.
UNA DERROTA DE LAS FUERZAS RUSAS
El estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra (ISW) fue más directo en sus valoraciones al afirmar que “la contraofensiva ucraniana en la región de Járkov está derrotando a las fuerzas rusas y colapsando el eje norte del Donbás prorruso”.
Al referirse a la “reagrupación” de las fuerzas rusas anunciadas la víspera por el Ministerio de Defensa ruso, el ISW señaló que “no están realizando una retirada controlada y están huyendo apresuradamente del sureste la región de Járkov para escapar del cerco a Izyum”.
Según el centro de estudios, las ganancias territoriales ucranianas en los últimos cinco días han sido superiores a las de las fuerzas rusas “en todas sus operaciones desde abril”.
“Es probable que las fuerzas ucranianas capturen la ciudad de Izyum en las próximas 48 horas si aún no lo han hecho. La liberación de Izyum sería el logro militar ucraniano más importante desde que ganó la batalla de Kiev en marzo”, añadió el ISW.
Esto afectará el futuro de la operación rusa en Sloviansk y Kramatorsk, los principales bastiones ucranianos en el Donbás, estimó el centro estadounidense.
RUSIA RESPONDE CON MISILES DE ALTA PRECISIÓN
En tanto, el Ministerio de Defensa ruso, que calificó su retirada de la región de Járkov como una “reagrupación”, aseguró haber causado más de 200 bajas al Ejército ucraniano en esta dirección durante la última jornada con misiles de alta precisión.
“A consecuencia de nuestros ataques fueron aniquilados efectivos y equipamiento bélico de unidades de las 14 y 92 brigadas motorizadas del Ejército ucraniano en las localidades de Starovirivka, Chugúyiv y Voloska Balakliya”, informó el portavoz del mando ruso, Igor Konashénkov.
Las tropas rusas también atacaron una brigada de las Defensas Territoriales en la localidad de Nova Vodolaga y un emplazamiento de mercenarios extranjeros en Klugino-Bashkirivka, añadió.
Según Konashénkov, durante las contraofensivas ucranianas en el sur y el este del país entre el 6 y el 10 de septiembre murieron más de 4.000 soldados ucranianos y otros 8.000 resultaron heridos.
ZAPORIYIA APAGA EL ÚLTIMO REACTOR
El Ministerio de Defensa ruso también se refirió a la situación en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, donde Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de los ataques.
Según el mando ruso, desde el pasado 1 de septiembre la planta y Energodar, la ciudad aledaña, se sometieron a 26 ataques de artillería por parte de las fuerzas ucranianas.
Konashénkov indicó que a consecuencia del fuego dirigido contra una subestación de transformadores el 6 de septiembre y la línea de alto voltaje el 8 de septiembre, la cuidad quedó sin electricidad en dos ocasiones.
En ese contexto, las autoridades rusas detuvieron este domingo el último reactor que continuaba operativo en esta instalación energética debido a la persistencia de ataques contra la planta.
“El reactor fue detenido, en estos momentos se llevan a cabo las labores para su enfriamiento”, declaró el asesor del consorcio ruso Rosenergoatom, Renat Karchaa.
Según el especialista, la desconexión del bloque se llevó a cabo en un régimen seguro alrededor de las 4.00 hora de Moscú (1.00 GMT).
Karchaa alertó anteriormente que este paso no es una garantía absoluta contra un accidente nuclear si se mantienen los ataques de la artillería, de los cuales responsabilizó al Ejército ucraniano.
El director general del Organismo Internacional de Energía Nuclear, Rafael Grossi, alertó este viernes sobre la posibilidad de un accidente después de un bombardeo que cortó la conexión eléctrica exterior con la central nuclear, la mayor de su tipo en Europa.