La colombiana Camila Osorio reconoció este sábado que le costó adaptarse a la altitud de Guadalajara sobre el mar, 1.566 metros, pero ya lo hizo y confía en cumplir una buena actuación en el Máster 1.000 de la WTA que iniciará el próximo lunes.
“Los primeros días fueron regulares, pero voy mejor, me he sentido bien y espero hacer un buen torneo”, dijo la jugadora de 20 años que llegó al número 35 del ránking el pasado mes de abril, pero sufrió lesiones y aparece en el 75.
Osorio dio la campanada en los cuartos de final del Abierto de Monterrey de marzo pasado al derrotar a la ucraniana Elina Svitolina, primera favorita, en cuartos de finales y a la española Nuria Parrizas para convertirse en inesperada finalista.
En la disputa del cetro perdió con la canadiense Leylah Fernández, finalista del US Open del 2021, pero lo hizo en tres sets, el último decidido en ‘tie break’.
“Ha sido un año de altas y bajas. Acá en México me fue súper bien, pero llegaron las lesiones, tuve que parar y fue difícil recuperar la confianza y dejar el miedo a recaer”, dijo poco antes de acudir a la ceremonia del draw del torneo de la ciudad del occidente de México.
Originaria de Cúcuta, Osorio es una de las jugadoras latinoamericanas de mayor crecimiento en los últimos meses, sobre todo después de haber ganado el año pasado torneo de Bogotá y haber alcanzado la final en el de Tenerife.
Después de la española Paula Badosa, primera favorita, y la brasileña Beatriz Haddad Maia, undécima cabeza de serie, la colombiana es la principal carta hispana en el Máster 1.000 de Guadalajara.
El sorteo de este sábado determinó que la jugadora debutará contra la rusa Ekaterina Alexandrova, decimoquinta sembrada y vigésima de la clasificación mundial.
“Espero terminar de la mejor manera en la temporada; en México me siento como en mi casa, tengo todo el apoyo”, concluyó Osorio.