Rob Jetten anunció que Países Bajos va a abandonar el TCE, entre otras cosas, porque permite a los inversores extranjeros solicitar una compensación financiera a los gobiernos si los cambios en la política energética afectan negativamente a sus inversiones.
El Gobierno neerlandés anunció ayer martes que se retirará del controvertido Tratado de la Carta de la Energía (TCE) porque considera que no está en consonancia con el acuerdo climático de París y supone una barrera para lograr los objetivos de reducción del calentamiento global.
El ministro neerlandés para el Clima, Rob Jetten, anunció esta decisión durante un debate parlamentario, y subrayó que Países Bajos va a abandonar el TCE, entre otras cosas, porque permite a los inversores extranjeros solicitar una compensación financiera a los gobiernos si los cambios en la política energética afectan negativamente a sus inversiones.
Bajo el TCE, las compañías pueden solicitar compensaciones no solo por las inversiones ya realizadas, sino también por la pérdida de ingresos.
El TCE es un acuerdo internacional firmado en 1994 para promover los principios de apertura de los mercados globales de energía y no discriminación comercial a través de instrumentos legales vinculantes para estimular la inversión extranjera directa y el comercio transfronterizo.
Sin embargo, las organizaciones ecologistas denuncian que, durante las últimas negociaciones para la modernización del Tratado, no se ha conseguido mejorar mucho los puntos más críticos, que deberían alinearlo con los objetivos climáticos europeos e internacionales.
Jetten también cree que los ajustes no van muy lejos de lo que ya era el TCE y que Países Bajos prefiere retirarse ahora del tratado, mejor si es con todos los demás países de la Unión Europea (UE), pero -señaló- si no hay acuerdo en Bruselas sobre esto, entonces Países Bajos saldrá por su cuenta.