“El primer nacimiento navideño del que se tiene registro data de 1223, cuando San Francisco de Asís montó un Belén en una cueva cerca de la Ermita de Greccio, en lo que hoy es Italia”, explicó el padre Alfredo Uzcátegui.
En vísperas de la Navidad, tiempo en que se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, se destaca una significativa tradición de fe que ha sido imperecedera a través del tiempo y a lo largo y ancho del mundo: Recrear el más importante de los acontecimientos de la fe cristiana con la representación del nacimiento del Niño Jesús en Belén como parte de la preparación de este tiempo.
Aunque esta temporada a casi a todos invade el alma, lo cual va en incremento conforme a la llegada de la esperada fecha, es oportuno hacer un espacio en el afán y reflexionar sobre este hecho trascendente e invaluable para la humanidad que se mantiene en nuestras vidas.
Significado del Nacimiento de Jesús
En ocasión al armado del nacimiento de la Capilla San Vicente de Paúl, ubicada en calle Estudiante, al lado del Albergue Juan Pablo II, cerca de la Asamblea Nacional, el padre Alfredo Uzcátegui nos habló sobre el significado del nacimiento del Niño Jesús en Belén.
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Jn 3,16. Es el cumplimiento de las Profecías de Isaías. (Is 11,1)”, citó al iniciar su explicación.
Seguidamente, refirió a que, “Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo por el amor. En Jesús de Nazaret, en José y María, en un pesebre de Belén, se hizo uno de nosotros. Es el misterio de la encarnación del Hijo de Dios”.
Agregó: “Significa para la humanidad que Dios se hace uno de nosotros en todo igual, menos en el pecado. Viene para que le conozcamos y se nos revela para elevarnos a nosotros con su cercanía a la maravillosa presencia del Dios-Amor”.
Dijo: “Sé, hizo historia, en una cultura y en un tiempo, nos lo narran los evangelios, para nosotros, Palabra de Dios”. Podemos profundizar con la lectura meditada del evangelista Lucas para comprender, aún más, la verdadera razón de este tiempo”.
Continuó: “Jesús que vino ayer, está viniendo cada día en nuestro hoy activamente y vendrá al final de los tiempos”.
“Solo Jesús, la Palabra eterna del Dios Eterno, es la razón y el centro del Adviento y la Navidad”, puntualizó al concluir.
Colocación del nacimiento
La costumbre de recordar a la Sagrada Familia y escenificar pasajes sobre el contexto del alumbramiento de Jesús niño instalando nacimientos es muy antigua.
Con respecto a su origen, el padre Uzcátegui, manifestó: “Cuenta la historia que el primer nacimiento lo colocó María en su corazón al permitir a Dios hacer su voluntad sobre ella. El lugar por excelencia, el vientre de María Inmaculada. Porque así lo quiso Dios, el que todo lo puede”.
De igual forma, señaló que se remonta a tiempos de San Francisco de Asís. Explicó que, “Francisco quiso recrear el acontecimiento del Niño Jesús y que él los llamó montajes vivientes. El primer nacimiento navideño del que se tiene registro data de 1223, cuando San Francisco de Asís montó un Belén en una cueva cerca de la Ermita de Greccio, en lo que hoy es Italia”.
Simular el nacimiento de Jesús es como un viaje en el tiempo que coadyuva en tener presente este hito y vivificarlo.
Sobre esta práctica, el padre Alfredo Uzcátegui explicó que se lleva a cabo para “traer a la memoria y al corazón este gran acontecimiento histórico que marca un antes y un después en la historia de la humanidad y en la historia personal de cada individuo que reconoce a Jesús como el Mesías, el enviado de Dios, el Salvador del mundo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Qué hacer con nacimientos o figuras deterioradas
Posiblemente algunas personas al desempacar los componentes de su nacimiento, cuando están listos para poner manos a la obra, han encontrado figuras que ya no pueden utilizar y se han preguntado qué hacer con ellas.
Al respecto, el padre Alfredo Uzcátegui, señaló que, “si un objeto se puede restaurar sería lo ideal”.
Continuó: “¿Cuál es el sentido de tener imágenes y objetos religiosos entre nosotros? Una imagen no se adora, se venera. Es respetar eso que era esa imagen o lo que el objeto representa. Un ejemplo lo tenemos en los símbolos patrios a los cuales se le rinde veneración, se respeta lo que representan. No es un pedazo de tela, sino lo que representa es: El país”.
Sobre qué hacer si ya no se pueden reparar, dijo: “No es necesario llevar la imagen a un templo, un santuario o un cementerio. Tendrán que ser destruidas. Usted mismo lo puede hacer en casa. Si ese objeto o esa imagen se puede quemar, puede proceder, siempre y cuando con la debida reverencia, con el debido respeto. Se trata que no estén tiradas en la basura y que luego se vayan a prestar para profanaciones o una falta de respeto. Otra opción es hacerlos polvo y echarlas a la tierra”.
Hizo referencia a que, “el directorio del año 2002 sobre la devoción popular en la liturgia habla sobre el culto religioso a las imágenes: La Doctrina católica sobre el sentido de las imágenes religiosas por la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos”.
Citó que, “se les debe tributar el honor y la veneración debida, no porque se crea que en ellas hay cierta divinidad o poder que justifique este culto o porque se deba pedir alguna cosa a estas imágenes o poner en ellas la confianza, como hacían antiguamente los paganos, que ponían su esperanza en los ídolos, sino porque el honor que se les tributa se refiere a las personas que representan», (241).
Añadió que, “una imagen, por ejemplo, del Niño Dios, me ayuda hacer oración, me lleva a contemplar la humildad de Dios que se hace niño y eleva mi espíritu a oración, la imagen me remite a Dios. No puedo convertirla en un ídolo porque el ídolo me aleja de Dios, porque le estoy quitando el lugar que le corresponde a Dios”.
Los nacimientos se colocan en las proximidades de la Navidad. De acuerdo al padre Uzcátegui, “se acostumbra en muchas partes elaborarlo y exponerlo para la veneración desde el 1 de diciembre, y que, junto a la corona de Adviento o el tronco de Jesé, estén disponibles para vivir las semanas del tiempo de Adviento. En otras partes también pueden ser elaborados antes del 16 de diciembre para iniciar la Novena de Navidad o Novena de Aguinaldos; y de esa forma, servirse en familia, para a través de guías que acompañan la oración de preparación espiritual, celebrar realmente la Navidad”.
Elementos del nacimiento
Los nacimientos navideños que se instalan en los hogares, iglesias y otros sitios, son diferentes y creativos. Hay algunos que se observan adaptados a los países y culturas.
Conversamos sobre las piezas de los nacimientos con la señora Amarelis Hurtado, quien desde su adolescencia es conocida partícipe de la Capilla San Vicente de Paúl, tiene más de 35 años de servir como catequista de Primera Comunión y Confirmación y actualmente es docente y dicta la materia de Religión, Ética y Valores para adolescentes.
Explicó los elementos que deben incluir y lo que representan:
“Pesebre: En este lugar nació el Niño Dios, por lo tanto, es básico.
Niño Dios: Además del amor, representa la luz en una época de oscuridad.
María y José: Los padres del Niño Jesús. María representa comprensión, bondad, fidelidad y amor a Dios, mientras que José representa obediencia y fortaleza.
Ángel: Quien guía a los pastorcitos al pesebre. Representa las buenas noticias y la misericordia.
Pastorcitos: Son los feligreses que tuvieron que librar un montón de obstáculos para poder llegar al nacimiento del niño. Representan la humildad, ayuda y alegría.
Reyes Magos: Simbolizan a los primeros nobles en ser evangelizados. Los reyes recorrieron grandes distancias para adorar al niño Dios.
Animales: Significan nobleza y docilidad. Entre los principales están: el burro, ovejas, vacas, y los que condujeron a los Reyes Magos hasta el pesebre: elefante, camello y caballo”.
Nacimiento de la Capilla San Vicente de Paúl
Recientemente, el nacimiento de esta acogedora y resiliente Casa de Dios, fue colocado con mucha alegría y voluntad por jóvenes que con genuino corazón vicentino se esmeran por servir al Señor a través de su iglesia. Además, especialmente, por conservarla viva.
Musgo, piedras, pinos, luces, flores, papel y figuras, desenvolvían como pastorcitos al pie del altar: Amarelis Hurtado, Ana Lucía García, Angeris Sánchez, Jonathan Sánchez, Reynaldo Pérez, Jorge Santos y la pequeña Sofía Santos, hasta dejar listo el Belén vicentino.
Al respecto, la señora Hurtado contó: “Hasta donde recuerdo el nacimiento fue iniciativa del padre Harold Skidmore, q.e.p.d, con los hermanos del habla inglés”. (Antes se realizaban misas en español e inglés).
La puesta del nacimiento estrecha los lazos familiares y de amistad. Contemplarlo es una experiencia sublime y personal. Para algunos, una manera de comprenderlo un poco mejor; y para otros, adentrarse al momento de forma reflexiva en lo que aconteció.
Los vicentinos que colocaron el nacimiento compartieron el significado que tiene para ellos:
Amarelis Hurtado: “Una tradición que me inculcaron mis padres desde muy pequeña, que continué en la parroquia y seguí con mi familia. Cada año es muy emocionante confeccionar el nacimiento, creándole paisajes nuevos, figuras, casas, etcétera. Para mí, el nacimiento en vivo eran las posadas en las que participábamos con el padre Harold Skidmore, q.e.p.d, y la comunidad. Realmente lo sentía como cuando María y José pedían posada y las personas compartían con nosotros. Esa etapa de mi vida no la cambio por nada”.
Angeris: “Recordar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, vivir y sentir lo que tuvo que hacer María para traer al mundo al Hijo de nuestro Dios”.
Jonathan: “Estar bendecido con el regalo que nos dio Dios, que es traer al mundo a su único Hijo y recordar cuánto nos ama”.
Jorge: “Es un momento especial, sobre todo, si se arma entre familiares y amigos. Vamos recordando cómo fue el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Nos alegramos que se acerca esa gran fecha de alegría y compartir”.
Reynaldo: “Traer a la memoria aquel acontecimiento, donde Dios se hace uno de nosotros. En un humilde pesebre Dios se hace hombre, como nos revela Juan en su primer capítulo de las Sagradas Escrituras”.
La Capilla San Vicente de Paúl le espera
Pensar en la Capilla San Vicente de Paúl de años atrás, es recordarla en la pequeña y agitada calle del centro de la ciudad: Los días de semana, rodeada de niñas con uniformes de colores amarillo, rosado, verde, celeste y morado; y los niños de blanco y crema. Y los fines de semana, de fieles, catequistas y grupos juveniles que abarcaban toda el área parroquial.
Actualmente se mantiene en pie, sí, “la misma, San Vicente de Paúl”. Sus puertas están abiertas, a la espera de quienes deseen asistir. Continúan celebrándose misas dominicales y otros servicios con un grupo comprometido en mantenerla activa junto a los sacerdotes de la Iglesia Santa Ana, que también le brindan atención a San Vicente.
El padre Uzcátegui, manifestó: “Se les hace extensiva la invitación a los vecinos de la parroquia San Vicente de Paúl, a toda la comunidad, exalumnos y antiguos profesores, para que participen en las Eucaristías Dominicales y celebraciones del sacramento del Bautismo”.
Agregó: “Continuemos fortaleciendo la fe en la familia para hacer de este mundo, con la ayuda del Espíritu Santo y para la gloria de Dios. Unidos edifiquemos mejor nuestra existencia. Los padres de la parroquia de Santa Ana, el párroco padre Anel Sánchez y el vicario parroquial, padre Alfredo Uzcátegui, les brindamos el acompañamiento espiritual”.
También informó que, “las intenciones para las misas dominicales pueden apuntarlas antes de la misa de las 10:00 a.m. Las solicitudes para el sacramento del Bautismo en la capilla de San Vicente de Paúl, se realizan directamente a la parroquia de Santa Ana”.
La Capilla San Vicente de Paúl tiene muchas necesidades por el paso del tiempo, entre las cuales podemos mencionar la reparación de su techo. Si desea incluir entre sus presentes navideños una contribución para la capilla o en el momento en que desee, a continuación, los datos de la cuenta: “Iglesia Católica San Vicente, Banco General, Cuenta Corriente No. 03-16-01-022160-7”. Tel.6062-6423.
Que la llegada del Niño Jesús llene nuestros corazones de esperanza, amor y paz; y recordemos siempre que “Sin Jesús no hay Navidad”.