Mario Vargas Llosa reafirmó en la ceremonia sus vínculos con Francia, con su idioma y en especial, con autores como Gustave Flaubert. Sin ellos, dijo, no habría llegado a ser el escritor que es hoy.
La Cancillería de Perú saludó este jueves a la Academia Francesa, la institución encargada de velar por la pureza de la lengua de Molière, por la incorporación del escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, en el único mensaje institucional publicado por la histórica admisión del literato nacido en Arequipa.
“La Cancillería saluda a la Academia Francesa por la incorporación de Mario Vargas Llosa entre sus miembros, en reconocimiento a su notable trayectoria literaria e intelectual en una obra de aliento universal”, reza un escueto mensaje publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores en su cuenta de Twitter.
En este sentido, agregaron que “la experiencia vital que lo vincula con Francia se perenniza con su incorporación a la Academia, alimentando las relaciones y el imaginario que se han construido entre el Perú y la cultura francesa en los últimos siglos”.
Finalmente, destacaron que el embajador del Perú en Francia y la representante permanente del Perú ante la Unesco, “asistieron a la ceremonia, transmitiéndole la felicitación del gobierno peruano por este merecido reconocimiento”.
Vargas Llosa hizo ayer historia al entrar en la Academia Francesa en una solemne ceremonia en París en la que aseguró que “la novela salvará la democracia o se echará a perder con ella y desaparecerá”.
“Déjenme ahora exponer mi teoría, que vale lo que vale, un poco más y sin duda, un poco menos, que tantas otras que circulan en nuestra época de teorías literarias. La novela salvará la democracia o se echará a perder con ella y desaparecerá”, afirmó el premio Nobel en 2010.
La elección de Vargas Llosa, anunciada en 2021 para ocupar el sillón número 18 que dejó vacante el filósofo Michel Serres a su muerte en 2019, había causado polémica por contravenir dos grandes cánones de la Academia Francesa: no elegir a nadie mayor de 75 años (actualmente el escritor arequipeño tiene 86) y ser un autor que no escribe originalmente en francés.
Vargas Llosa, sin embargo, reafirmó en la ceremonia sus vínculos con Francia, con su idioma y en especial, con autores como Gustave Flaubert. Sin ellos, dijo, no habría llegado a ser el escritor que es hoy.
A quienes forman parte de la Academia se los conoce como los “inmortales” y componen un selecto club que ahora acoge a su primer suramericano. Deben el sobrenombre al lema del sello que el cardenal Richelieu dio a la institución que fundó en 1635: “À l’immortalité” (A la inmortalidad).
El escritor hispano-peruano mantiene un vínculo con su país natal, del que aspiró a ser presidente en 1990, cuando fue derrotado por Alberto Fujimori (1990-2000).
Tras los comicios, se instaló en Madrid, puesto que el Gobierno de Fujimori amenazó con quitarle la nacionalidad peruana y, para evitar que se convirtiera en apátrida, España le concedió la nacionalidad por carta de naturaleza.
Sus lazos con la política peruana le ha mantenido muy vinculado a Perú y, en las elecciones presidenciales de 2021, le llevó a apoyar por sorpresa a Keiko Fujimori (hija de Alberto Fujimori) frente a Pedro Castillo.
La devoción de Perú por su nobel hizo que la ceremonia de admisión a la Academia Francesa fuera transmitida en vivo por varios canales de televisión, pese a ser íntegramente en francés, y los principales medios peruanos ocuparon buena parte de su espacio con la ceremonia.
No obstante, ni la presidenta Dina Boluarte, ni los integrantes de su Gobierno o la oposición, han enviado mensajes públicos a Vargas Llosa.