Mañana martes, Biden tiene previsto reunirse con el presidente polaco, Andrzej Duda, y pronunciar un discurso ante el castillo real de Varsovia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este lunes por la noche a Varsovia después de un viaje en tren de más de ocho horas desde Kiev hasta la ciudad fronteriza de Przemyśl y de un vuelo en el Air Force One hasta la capital polaca.
Biden tomó el tren a las 13.10 hora local de Kiev (11.10 GMT) y llegó a la estación de ferrocarril de Przemyśl, en el sureste de Polonia y cerca de la frontera con Ucrania, a las 20.45 hora local (18.45 GMT).
Después, el mandatario de 80 años tomó el avión presidencial desde el aeropuerto de Rzeszów (a 90 kilómetros) a las 22.30 (20.30 GMT) y una hora después aterrizó en la capital polaca, donde lo esperaba una comitiva de funcionarios estadounidenses.
Una vez en Varsovia, donde arrancará mañana su agenda oficial en Polonia, Biden se desplazó en su coche oficial, conocido como “La Bestia”.
La Casa Blanca no había revelado hasta ahora cómo Biden había entrado a Ucrania y cómo tenía previsto salir por razones de seguridad.
Sin embargo, con el presidente fuera ya de territorio ucraniano, la única periodista que le acompañaba, del diario The Wall Street Journal, pudo informar al resto de reporteros de que Biden se había desplazado en tren tanto para llegar a Kiev como para trasladarse a Polonia.
Los preparativos del viaje a Ucrania se llevaron a cabo en medio de un gran secretismo y la visita no se dio a conocer hasta que estaba en curso.
En Kiev, Biden se reunió con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y anunció 500 millones de dólares más en ayuda militar a Ucrania, en un gesto de solidaridad para marcar el aniversario de la invasión rusa que se cumple el 24 de febrero.
Mañana martes, Biden tiene previsto reunirse con el presidente polaco, Andrzej Duda, y pronunciar un discurso ante el castillo real de Varsovia.
Polonia, que comparte una frontera de unos 530 kilómetros con Ucrania, se ha caracterizado por su férreo apoyo a Kiev desde el inicio de la guerra y es el país que más refugiados ucranianos ha acogido con 1,5 millones.