Tengo confianza, de que, a partir del 16 de julio, abanderaré la opción política y social del Partido Popular en las elecciones del 5 de mayo del 2024. Me causa emoción y respeto, pero no me extraña, la actitud responsable y valiente del Partido Popular.
En esta mañana del viernes 28 de abril de 2023, se llevó a efecto el acto de entrega de la postulación para la candidatura presidencial en el Partido Popular (PP), del expresidente de la República y precandidato para los comicios generales de 2024, Martín Torrijos Espino.
A continuación, reproducimos el texto del discurso correspondiente a esta ocasión, de parte del precandidato Torrijos Espino:
“Gracias Partido Popular.
Gracias por este apoyo, por postularme cómo candidato presidencial de Panamá bajo la bandera del Partido Popular.
Muchas gracias a la dirigencia y a todos los miembros del partido.
Me honran con esta especial designación y con todo el apoyo que me brindan de hoy en adelante.
Tengo confianza, de que, a partir del 16 de julio, abanderaré la opción política y social del Partido Popular en las elecciones del 5 de mayo del 2024.
Me causa emoción y respeto, pero no me extraña, la actitud responsable y valiente del Partido Popular.
Hoy estamos reiterando ante el país, que nos reencontramos en la lucha por Panamá.
Juntos fuimos gobierno en el quinquenio 2004-2009. Y lo hicimos bien.
Y con ello demostramos, que fuerzas de distinto signo político, que parecían imposible de conciliar, se unieron con en el propósito común de servir a Panamá y a toda su gente.
Después, llegaron las malas políticas y los malos gobiernos.
Por eso hoy, las familias panameñas padecen una crisis que no era, ni es necesaria, que nos afecta a todos: a los ancianos y los jóvenes, estudiantes y trabajadores, a los niños y adolescentes y a los hombres y mujeres que quieren vivir con decencia y dignidad.
La incertidumbre que sufre la población, indica que a partir de hoy nuestro compromiso debe ser más fuerte que el que nos unió en el pasado.
La Patria nos exige cada vez más. Demanda de nuestra capacidad y trabajo. Nos demanda corregir el presente y asegurar un mejor futuro para todos.
Amigas y amigos:
No vamos a permitir que Panamá continúe hundiéndose en esta crisis.
La desesperanza y los problemas están matando los ánimos y la autoestima de las familias panameñas.
Esto lo compruebo no solo viendo las estadísticas, sino en las conversaciones que he venido adelantando con todos los grupos económicos y sociales.
No necesitamos de aquellos que buscan el poder para corromper y ser corrompidos.
No podemos elegir a aquellos que confunden el presupuesto de la Nación con el de su propio bolsillo.
Escúchenme bien: ¡No los necesitamos! ¡No los queremos!
Lo que necesitamos, lo que queremos son verdaderos políticos que enriquezcan al país y no se enriquezcan de él.
Panamá, no quiere un “gobierno que busque el próximo turno para robar”.
Panamá quiere y necesita el turno de un “gobierno decente”, capaz de renovar la confianza en nosotros mismos y lograr las reformas pendientes para que el progreso llegue a todos y no a unos pocos.
Un Gobierno en el que el poder de la gente no sea un slogan, sino una actitud y un compromiso.
Estoy seguro de que podemos revertir esta crisis.
Que los panameños somos capaces de superar entre todos la frustración y el desencanto.
Por otra parte, de qué sirven altas cifras de crecimiento, que ya están desacelerándose, si el país no la siente porque no se reparten.
En Panamá, la opulencia contrasta con la pobreza, como si fueran dos países distintos.
Peor aún: ¡Muchas personas sufren, no tienen posibilidades de mejorar su condición de vida y de tener una familia sana… ¡donde todos coman y sus hijos se eduquen!
La pobreza nos duele y nos avergüenza. Esto no puede continuar.
El país inseguro, donde sus ciudadanos viven encerrados con temor, tiene que dar paso al Panamá que enfrenta con determinación el avance del crimen organizado y nos devuelva la tranquilidad en las calles y los hogares.
Amigas y amigos,
Panamá, necesita de un liderazgo que transforme y que convoque a nuestra sociedad a unirnos, a llegar a acuerdos y establecer un proyecto común.
Para ello, se requiere de mucha determinación.
No será fácil por la incredulidad que hoy vivimos.
Necesitamos sumar a la gente, a las comunidades, las organizaciones, para participar en la toma de las decisiones que transformarán sus vidas.
Debemos unirnos.
El país requiere de fuerzas políticas y sociales, que comprendan que es necesario construir un país con equidad, con decencia y en democracia.
Como expresidente de la República, tengo la experiencia y la voluntad para enfrentar los problemas y darles solución:
- Generar empleos.
- Salvar nuevamente la Caja del Seguro Social.
- Garantizar un sistema público de salud, humano, eficiente y para todos.
- Asegurar a los jóvenes una educación que les garantice transformar sus vidas y un mejor futuro.
- Devolver calidad de vida a las familias con servicios públicos que funcionen. Les hablo de agua, luz, transporte, basura, lo que a diario agobia a cientos de miles de panameños.
- Hacer de la transparencia en la administración pública el método para satisfacer las demandas sociales sin corrupción.
La solución de estos problemas demanda unidad, para reconstruir a nuestro Panamá y rehacer su institucionalidad.
Esto tiene carácter de urgencia, son transformaciones que no pueden esperar más.
La tarea social sigue en pie y sólo termina cuando exista un país con equilibrio social.
Los indicadores de calidad de vida se apartan cada vez más de aquellos países con los cuales debemos compararnos, a los cuales debemos aspirar.
Por eso haremos un gobierno con la gente.
Para lograr los cambios que vamos a proponer en nuestro Programa, realizaremos una completa reingeniería del aparato estatal.
- Desconcentraremos la administración.
- Descentralizaremos el gobierno.
- Restauraremos el método de participación de las comunidades, para que ellas sean protagonistas de las soluciones.
Así, fortalecemos el hilo y el contacto que une a las comunidades con sus gobernantes; desde las organizaciones comunitarias, sus autoridades locales, distritales y provinciales.
Dicho con claridad: Participación Ciudadana, planificación de abajo hacia arriba, supervisión y manejo con absoluta transparencia los dineros de los panameños.
No serán los recursos que se transfieren a escondidas para la política y el uso clientelar.
No será, la deuda de todos ni el enriquecimiento de pocos, que es el caldo de cultivo para la explosión social.
Serán más recursos, nuevas responsabilidades y total transparencia, para que muchos de los problemas comunitarios tengan soluciones locales y no se pierdan en la burocracia y la corrupción.
Señoras y señores:
Integraremos el país con equidad.
Ello significa que no habrá panameños aislados, incomunicados, ni abandonados a su propia suerte.
Una integración, no solo en términos geográficos sino también en términos humanos, en donde no haya espacios para panameños de segunda categoría sin derecho a salud, educación, sin la posibilidad de darles a sus hijos un futuro mejor. Que la gente vuelva sentirse orgullosa de ser panameños.
Acceso a servicios básicos y a tecnología, son parte de esta integración que garantizará un país que crecerá sin excluidos.
Hay que garantizar que cada región del país tenga polos de desarrollo, para que la gente no tenga que migrar a la ciudad.
Turismo, agroindustria, logística, pequeñas empresas y emprendimientos, son piezas claves de un desarrollo regional y el surgimiento de ciudades intermedias que serán además beneficiadas con incentivos y una política económica que facilite la desconcentración.
Esta integración, con el uso de tecnologías y acceso al conocimiento, generará empleos, nuevas dinámicas productivas, recuperación del agro y la sostenibilidad de nuestro medio ambiente.
Panameñas y panameños:
Siento un privilegio excepcional por tener esta oportunidad.
Aquí estoy con la misma voluntad, con más madurez y, sin duda, con las fuerzas y la determinación redobladas.
Les agradezco la confianza.
Aquí estamos, porque este país y su gente nos importa.
No soy sólo yo, somos todos.
Los hechos y las acciones son las que tienen que hablar por nosotros.
Son las que al final de nuestras vidas, uno pueda decir:
“Hice lo mejor por mi patria y pudimos cumplir con nuestro deber y nuestra conciencia”.
Compatriotas, ¡hagámoslo!
Construyamos nuestro país, unidos.
Yo sé que el amor a nuestra patria, nos dará la fuerza para garantizar la victoria.
Salgamos de aquí convencidos de que tenemos una responsabilidad:
Recuperar Panamá, su decencia y su democracia.
A ganar su confianza.
¡Salgamos de aquí a ganar!
A triunfar el 5 de mayo del 2024.
Muchas gracias.